La batalla por salvar a nuestro primo, el mono tití - 1
La batalla por salvar a nuestro primo, el mono tití - 1
Redacción EC

Es temperamental, valiente y luchadora. Líder nata de varias generaciones, cien por ciento colombiana.

Tamara es una , una especie cuya estructura familiar es sorprendentemente similar a la humana, que sólo existe en Colombia y que está a un paso de desaparecer.


Guillén recibió el prestigioso premio británico Whitley. "Me parecía imposible que habiendo crecido y vivido en Barranquilla jamás en mi vida había sabido que existía esta especie".

Guillén recibió el prestigioso premio británico Whitley.

La extraordinaria matriarca es uno de los animales estudiados por el Proyecto Tití, cuya coordinadora Rosamira Guillén acaba de recibir en Londres uno de los galardones ambientales más prestigioso de Reino Unido, el premio Whitley.

El Proyecto Tití no sólo estudia la especie en peligro crítico, Saguinus oedipus, sino que ofrece alternativas económicas a la población local para combatir las principales amenazas que enfrenta: la destrucción del bosque y la caza para el comercio ilegal de especies silvestres como mascotas.

"Se me paran los pelos de punta", dijo Guillén a BBC Mundo.

"Es algo que me llega al corazón, sentir que todo el esfuerzo y el trabajo que hacemos con nuestro equipo los ayuda a aquellos que no tienen voz".

Para Guillén, el encuentro con los fue un caso de amor a primera vista.


Tamara, una matriarca temperamental que ha dado a luz a 12 pares de gemelos y sigue sorprendiendo a los científicos.

Tamara, una matriarca temperamental que ha dado a luz a 12 pares de gemelos y sigue sorprendiendo a los científicos.

"Me enamoré"

Guillén se graduó en arquitectura en Colombia y viajó a Estados Unidos a estudiar paisajismo.

A su regreso, su primer trabajo fue remodelar una exhibición del zoológico de Barranquilla. Allí "se enganchó" con la defensa de la vida silvestre y acabó siendo directora del zoológico.

Fue entonces que conoció por primera vez a los monos titíes cabeciblancos, de los que nunca había oído hablar en la escuela, la secundaria o la universidad.

"Me enamoré de la especie, me parecía imposible que habiendo crecido y vivido en Barranquilla jamás en mi vida había sabido que existía esa especie que sólo vivía en un pedacito de Colombia y nadie conocía".

Mientras pocos en Colombia hablaban de los titíes, miles de estos primates acabaron en laboratorios y zoológicos de Europa y Estados Unidos.

Investigaciones médicas

Se estima que en la década de los 60 y 70 unos 30.000 titíes cabeciblancos fueron exportaron a Europa y Estados Unidos para estudios médicos.

"En algún momento se descubrió que la especie desarrollaba espontáneamente el cáncer de cólon y fue tomada como modelo para buscar una cura para la enfermedad", explicó Guillén.

"Pero después vinieron enfermedades como el SIDA y la investigación quedó prácticamente en la nada, por eso hay tantos titíes en zoológicos estadounidenses y europeos".

A Guillén le parecía increíble que el único proyecto para defender la especie había sido fundado por una bióloga de EE.UU.

Anne Savage, experta en conservación de Disney Animal Kingdom, había conocido la especie en EE.UU. Tras visitar Colombia en los 80 y ver el grave riesgo de los pequeños primates decidió fundar el Proyecto Tití.

Peluche

Savage es aún consultora del proyecto y los muñecos de peluche de monos titíes se venden incluso en los parques de Disney.

La defensa de la especie en Colombia ha requerido múltiples estrategias, según Guillén.

"Primero trabajamos mucho con las autoridades para proteger el bosque de la desforestación por agricultura, ganadería, minería y otras actividades".

También se provee de ingresos a las comunidades para que puedan alimentar a sus hijos sin cazar y vender titíes como mascotas.

Las mujeres de la comunidad "Los Límites" hacen desde muñecos de peluche de titíes hasta ecomochilas de bolsas plásticas usadas. Para hacerlas recogieron más de tres millones de bolsas de plástico, descontaminando bosques y ríos locales.

Por último, Guillén busca que los niños "se enamoren de los titíes" y cambien actitudes respecto a la conservación del bosque.


Las mujeres de la comunidad Los Límites hacen muñecos de peluche de titíes para obtener ingresos.

Las mujeres de la comunidad Los Límites hacen muñecos de peluche de titíes para obtener ingresos.

"Papá, mamá e hijos"

El proyecto también publicó estudios científicos con resultados sorprendentes.

Pero observar a los titíes -rápidos, diminutos y en las alturas de los árboles- no es nada fácil.

Para seguir diferentes grupos familiares los científicos colocan transmisores como pequeñas mochilas en uno de los integrantes.

Los investigadores descubrieron que los monos titíes cabeciblancos tienen más en común con sus parientes primates, los seres humanos, de lo que se pensaba.

"Viven en familias, papá, mamá e hijos. Cuando los hijos crecen así como a nosotros nos dicen bueno, chau, ellos se van y forman su hogar", señaló Guillén.

"Aparte son muy territoriales como nosotros en nuestras casas y todo lo aprenden de sus padres".

La mamá tiene por lo general gemelos en el medio silvestre una vez al año y todo el mundo en la familia ayuda a cuidarlos y cargarlos, explicó Guillén.

"Se toman turnos y eso ayuda a los jóvenes a aprender a cuidar a sus hijos".

"También tienen vocalizaciones, su propio idioma y lo aprenden de sus padres. Tienen un tití que siempre vigila y avisa, ¡viene un águila! o ¡viene una boa! Y salen corriendo todos. Entre ellos se cuidan mucho. Hay mucho de la estructura social que se parece a nosotros los humanos".

"Boquiabiertos"

Pero es mucho lo que todavía no se sabe, como ha demostrado la matriarca Tamara, que sigue dejando a los investigadores "boquiabiertos".

"El proceso en general es que la hembra se debilita con la edad y viene otra hembra joven y la retira, pero ella tiene un temperamento muy fuerte y sigue dominando a su grupo. Es una líder nata", dijo Guillén.

En el medio silvestre los monos titíes viven entre 5 y 7 años, pero Tamara sigue activa. "En los 14 años en que la hemos venido observando ha tenido 12 partos, o sea 24 'bebés'".

Para la arquitecta, el Proyecto Tití muestra que es posible lograr al mismo tiempo el bienestar de las comunidades y la conservación de la especie.

Pero los titíes siguen en peligro crítico en fragmentos de bosque y la presión de la agricultura es constante.


Guillén quiere que los niños "se enamoren" del mono tití cabeciblanco y de la naturaleza.

Guillén quiere que los niños

¿El sueño de Guillén?

"Me quedaría tranquila si viera redes de bosques conectadas donde están los titíes y que esas redes de bosque estén protegidas, que la gente soluciona su situación económica y el tití tiene su hábitat".

Los monos titíes cabeciblancos están calificados como en peligro crítico, la última categoría de amenaza antes de la extinción en el medio silvestre.

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