Investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) diseñaron una nueva técnica para fabricar plástico a partir de dióxido de carbono (CO2) y de material vegetal no comestible, como los residuos agrícola.
“Nuestro objetivo es reemplazar los productos derivados del petróleo con plástico hecho de CO2. Si se pudiera hacer esto sin usar una gran cantidad de energía no renovable, se reduciría drásticamente la huella de carbono de la industria del plástico”, explica Matthew Kanan, coautor del estudio.
Cerca del 15% del plástico producido a nivel mundial usa un material llamado PET (tereftalato de polietileno), cuya fabricación produce CO2 y es difícil de reciclar.
Para sustitutir este material, los científicos experimentaron con PEF (furanoato depolietileno), que se obtiene a partir de compuestos orgánicos. “PEF también es superior al PET en el sellado para el oxígeno, lo que lo hace útil para aplicaciones de embotellado”, detalla Kanan.
Los expertos combinaron carbonato con CO2 y con furoico, un derivado del furfural (obtenido a partir de subproductos de la agricultura, maíz, avena, trigo, etc.) y calentando la mezcla a 200º.
Tras de cinco horas, cerca del 90% de la mezcla de sales fundidas se había convertido en una sustancia intermedia y luego en PEF en un proceso más sencillo, según la investigación publicada en la revista Nature.
"Nuestro trabajo revela así una manera de transformar la biomasa no comestible y el CO2 en un material químico valioso. Nuestros resultados proporcionan una nueva estrategia para el uso de CO 2 en la síntesis de compuestos de múltiples carbono", detallan los autores.
“Habrá que trabajar mucho para ver si la fórmula es viable a gran escala y para cuantificar la huella de carbono que supone", señala Kanan.
Fuente: Muyinteresante/Nature