Héctor Garnica, de 13 años, recibe una primera dosis de la vacuna Pfizer contra el coronavirus Covid-19 en Los Ángeles, Estados Unidos. (Foto de Patrick T.FALLON / AFP).
Héctor Garnica, de 13 años, recibe una primera dosis de la vacuna Pfizer contra el coronavirus Covid-19 en Los Ángeles, Estados Unidos. (Foto de Patrick T.FALLON / AFP).
/ PATRICK T. FALLON
Agencia AFP

Un panel de expertos en Estados Unidos se reúne este miércoles para revisar unos 300 casos de inflamación en el corazón desencadenada después de la inyección de algunas vacunas contra , especialmente en adolescentes o adultos jóvenes.

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Estos casos se observaron después de la administración de vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna, ambas basadas en tecnología de ARN mensajero.

Los expertos independientes fueron convocados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la principal agencia federal de salud pública del país, para revisar estos casos de miocarditis y pericarditis, respectivamente una inflamación del músculo cardíaco o de la membrana cardíaca que rodea el corazón.

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“Estos casos son raros y la gran mayoría (de ellos) se han resuelto con descanso y cuidados”, dijo la directora de los CDC, Rochelle Walensky, la semana pasada.

Esta reunión del Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación (ACIP por sus siglas en inglés) de los CDC estaba originalmente programada para el viernes 18, pero tuvo que posponerse debido a la proclamación repentina de un día feriado en Estados Unidos.

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“Los CDC presentarán los detalles de más de 300 casos confirmados de miocarditis y pericarditis comunicados a los CDC y la FDA (la Agencia de Medicamentos), entre los más de 20 millones de adolescentes y adultos jóvenes vacunados en Estados Unidos”, explicó Walensky.

“En los últimos meses, les hemos pedido a los médicos que estén atentos e informen casos de pacientes con síntomas de miocarditis y pericarditis después de la vacunación”, dijo.

Los CDC “obtuvieron los informes médicos detallados para confirmar los diagnósticos (...) con el fin de asegurar en tiempo real que nuestras vacunas son seguras”, agregó.

Mayoría de varones

Estos casos se notificaron por primera vez en Israel, donde la vacunación fue más rápida que en la mayoría de los países. El Ministerio de Salud israelí planteó a finales de mayo “un posible vínculo” entre la vacuna Pfizer y los casos de miocarditis en varones jóvenes, al tiempo que especificó que el 95% eran benignos.

También se han detectado algunos casos en Francia.

En Estados Unidos, en una reunión del comité de la FDA hace dos semanas, se analizó la información de un sistema público que permite a cualquier persona informar síntomas graves después de la vacunación.

Según estos datos no confirmados, unos 530 casos de miocarditis o pericarditis fueron reportados tras la administración de una segunda dosis de la vacuna Pfizer o Moderna. Más de la mitad eran personas de entre 12 y 24 años, la mayoría varones. El síntoma más común fue el dolor en el pecho.

“Los casos notificados superan el número esperado de casos” en circunstancias normales, dijo Tom Shimabukuro, director de los CDC, durante esta presentación, pero es necesario verificar los datos.

Balance beneficio/riesgo

“Estoy preocupado, pero quisiera señalar que aún no se ha establecido un vínculo de causa y efecto”, dijo a la AFP Lorry Rubin, director del departamento de enfermedades infecciosas pediátricas del Cohen Children’s Medical Center en Nueva York.

“En nuestro hospital, hemos visto casos de adolescentes que presentaban dolor en el pecho uno o dos días después de su segunda dosis de la vacuna de ARN mensajero”, señaló.

Pero estos casos fueron “relativamente leves” y la mayoría fueron tratados con medicamentos antiinflamatorios. Y en su opinión, incluso si se demuestra el vínculo entre la vacunación y la miocarditis, los beneficios de estas vacunas aún podrían superar los riesgos.

Aunque los adolescentes y los adultos jóvenes tienen un riesgo menor de desarrollar casos graves de COVID-19, más de 2.600 personas entre 0 y 29 años han muerto en Estados Unidos, según datos de las autoridades sanitarias.

Algunos niños también han “estado bastante enfermos” y han sufrido “efectos a largo plazo” debido a la enfermedad, dijo a la AFP Lee Savio Beers, presidente de la Academia Estadounidense de Pediatría.

“También se puede tener problemas cardíacos bastante graves como resultado de una infección por COVID-19”, advirtió.

“Claramente sigo aconsejando la vacuna para los adolescentes”, afirmó el especialista, sin esperar un cambio en las recomendaciones federales.

En Estados Unidos, la vacuna de Pfizer está autorizada a partir de los 12 años y la de Moderna a partir de los 18 por el momento.

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