Los pulpos tienen interacciones sociales mucho más complejas de lo que se pensaba, según un nuevo estudio.
Al estudiar a un grupo de pulpos Sídney (Octopus tetricus) en la costa este de Australia, los investigadores observaron una serie de comportamientos que involucran complicadas señales de comunicación.
Se muestran erguidos, oscurecen el color de su piel y expanden sus tentáculos, por ejemplo, para indicar hostilidad.
Asimismo, se tornan de un color más pálido tras perder una pelea o para evitar un conflicto.
Anteriormente se creía que los pulpos eran animales solitarios y se pensaba que los cambios de tonalidad y otros comportamientos eran tácticas para protegerse de sus depredadores.
Sin embargo, el estudio liderado por Peter Godfrey-Smith, de la City University de Nueva York, en Estados Unidos, demostró que las razones detrás de estos cambios son más diversas.