La Estación Espacial Internacional fue lanzada el 20 de noviembre de 1998. (Foto: NASA)
EEI
BBC News Mundo

Es, hasta ahora, el "mayor" lugar habitado que conocemos fuera de la Tierra.

Y aunque sus "residentes" son humanos como cualquiera de nosotros, en la práctica son "extraterrestres": viven a más de 400 kilómetros de la superficie del planeta, sin gravedad ni aire ni ciclos fijos de tiempos.

Es la Estación Espacial Internacional (EEI), el mayor "satélite" artificial jamás construido y, también, el laboratorio a más altura creado por el hombre.

Por dos décadas, ha sido un centro de investigaciones y observación en que científicos de 18 naciones han realizado experimentos y ensayos de biología animal, vegetal y humana; en física, astronomía o meteorología.

Fue lanzada al cosmos hace 20 años este martes y se estima que su vida útil se extienda por otros 10.

Aquí te contamos algunas curiosidades que tal vez no conocías sobre sobre esta inmensa mole que nos vigila desde el espacio.

1. Es más grande de lo que te imaginas

Aunque en las imágenes que usualmente vemos de ella parece un un sitio estrecho en el que cualquiera se pegaría en la cabeza, en realidad es mayor que la casa en la que habitaría cualquier común mortal.

De hecho, es el objeto tripulado más grande jamás colocado en el espacio: tiene unos 109 metros de largo y su espacio habitable equivale a una casa de 6 dormitorios.

Cuenta con dos baños, un gimnasio y un ventanal de 360 grados y su superficie total equivale es poco menos que el tamaño de un campo de fútbol estadounidense.

Para que los fanáticos a la Guerra de las Galaxias tengan una idea, es casi tan grande como el Tantive IV, la mítica nave en la que se trasportaba la Princesa Leia.

2. Es el objeto individual más costoso construido por el hombre (...y el que más brilla desde el espacio)

Su lanzamiento el 20 de noviembre de 1998 fue considerado un hito científico, pero también, una señal de colaboración internacional tras el fin de la carrera espacial entre Estados Unidos y la extinta URSS.

En su construcción participaron 16 países, que fueron desde Rusia y España hasta Brasil.

Pero costó bien cara.

Según la NASA, es el objeto individual más costoso que se ha construido hasta ahora.

Una cifra astronómica, literalmente: más de US$93 mil millones.

La estación espacial es, además, el objeto más brillante creado por el hombre que se ve en el espacio.

De hecho, es el tercer objeto más luminoso que puede ser visto desde la Tierra: su brillo en el cielo nocturno solo es superado por el de la Luna y Venus.

El curso de su trayectoria alrededor de nuestro planeta la lleva a sobrevolar más del 90% de los lugares habitados de la Tierra.

Así que fíjate esta noche en el cielo. Tal vez la veas pasar sobre tu casa.

(Puedes ver su recorrido en vivo en este )

3. Es una viajera "rápida y furiosa"

La EEI pesa 419.725 kg, incluidas las naves espaciales que se le acoplan (puede acomodar hasta seis a la vez).

Pero eso no la limita para moverse rápidamente alrededor de nuestro planeta. En realidad, va más rápido que cualquier vehículo en la Tierra.

Se desplaza a una velocidad de 7.66 km/s, lo que significa que orbita la Tierra una vez cada 90 minutos, aproximadamente.

Para ir más allá en los cálculos, esto serían 16 veces en un período de 24 horas.

Por eso, los astronautas que la habitan ven 16 puestas de sol y amaneceres por día.

Sí, debe ser complicado dormir allí.

4. Habitarla es un desafío biológico para los tripulantes

Las imágenes que usualmente vemos de la EEI muestran a astronautas sonrientes, haciendo ejercicios o experimentos o mostrando tomas asombrosas de nuestro planeta.

Pero en realidad, el costo físico para ellos es bastante elevado: la falta de gravedad y de actividad física conlleva una notable pérdida visión, de masa ósea y muscular.

Para evitar mayores estragos en organismo, deben hacer ejercicios diarios por al menos dos horas.

Tienen que someterse también a dietas especiales, a veces poco apetitosas, pero que les suministran los nutrientes necesarios en ese ambiente extremo.

Pero este no es el único problema: el agua y el oxígeno, dos componentes vitales fundamentales, son lógicamente muy difíciles de conseguir allí.

5. Es un gran centro de reciclaje

Como no hay oxígeno de forma natural en el espacio, los ingenieros que diseñaron la estación tuvieron que "inventarlo".

Lo logran a través de un proceso químico, la electrólisis: la corriente que se genera a través de los panales solares de la estación se utiliza para dividir las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno.

De ahí que el agua sea un producto muy codiciado allí.

Pero también es difícil de conseguir a esas alturas.

Por eso, la EEI es también un centro de reciclaje espacial.

La estación cuenta con un moderno sistema de recuperación de líquidos: el 65% del agua que se consume es reciclada.

Por si lo estabas pensando… sí, incluso la orina se reutiliza.

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