MADRID. Fobos, la luna más grande y que orbita más cerca de Marte, está siendo víctima de la fuerza de la gravedad, la cual la está acercando al planeta rojo a un ritmo de dos metros cada 100 años. Esto provocará que el satélite natural termine fragmentándose en un periodo de entre 30 y 50 millones de años.
De hecho, las largas y superficiales fisuras que se pueden apreciar en Fobos son posibles signos tempranos de un fallo estructural que acabará por destruirla. Esta luna se mueve a unos 6.000 kilómetros de Marte y, a diferencia de las otras lunas del sistema solar, es la más cercana al planeta que orbita.
"Creemos que Fobos ya ha empezado a quebrarse, y los primeros signos es la aparición de esas fisuras", indicó Terry Hurford, del centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, en un comunicado.
Durante mucho tiempo se creyó que las fisuras que presenta la superficie de Fobos se debían a un impacto por el cual se originó el cráter de Stickney, una colisión de tal magnitud que casi destruyó ese satélite. Sin embargo, los científicos finalmente determinaron que esas fallas no irradian hacia fuera desde el cráter, sino desde un punto focal cercano. Otra teoría fue que su origen podría estar en muchos impactos pequeños de material arrojado desde Marte que chocaba contra Fobos.
Pero los nuevos modelos realizados por Hurford y su equipo sustentan la idea de que las fisuras que recorren Fobos son más como estrías que se producen por la atracción gravitatoria entre la luna y Marte.
Pero esta teoría fue propuesta hace algunas décadas, cuando la nave Viking envió a la Tierra imágenes de Fobos. No obstante, en aquel momento se creía que su composición interna hacía imposible que la fuerza gravitatoria pudiera fracturar una luna sólida de ese tamaño.
Pero ahora se cree que el interior de Fobos es una gran masa de escombros, "que apenas si se mantiene unida", y rodeada de un capa de fragmentos de roca en polvo con un espesor de solo 100 metros.
Por ello, los científicos consideran que esa composición interna de Fobos se puede deformar fácilmente y que la capa externa del satélite se comporta de manera elástica, pero que es lo suficientemente débil como para romperse.
Los científicos han advertido de que Tritón, uno de los satélites de Neptuno podría correr la misma suerte, pues tiene marcas similares en la superficie.
Fuente: EFE