Una fotografía impresionante del nacimiento de un tiburón azotador ('Alopias vulpinus') tomada por un equipo de investigadores de la Universidad de Chester, en Reino Unido, arroja nueva luz sobre este pez elusivo y vulnerable.
Se cree que la imagen, tomada durante una expedición de buceo en el 2013 y publicada ahora en la revista "Coral Reefs", es la primera de un nacimiento en esta especie.
Simon Oliver, líder del equipo de científicos, le dijo a la BBC que también es "el primer registro de una especie oceánica dando a luz".
Ver la imagen, señaló Oliver, fue uno de los momentos más emocionantes de su carrera. "Estábamos haciendo una inspección todos los días, haciendo observaciones", recuerda Oliver.
"Uno de los miembros de nuestro grupo, Attila Kaszo, es fotógrafo. Él tomó la fotografía del tiburón, y cuando procesó la imagen y me la mostró, me quedé helado".
El tiburón más grande del mundo es el tiburón ballena que puede llegar a medir hasta 13 metros de largo.
Increíble
Simon Thorrold, científico de la Institución Oceanográfica Woods Hole, en Massachusetts, Estados Unidos, describió la fotografía como "increíble".
"Nunca vi una imagen así de otra especie de tiburón pelágico", le dijo a la BBC.
"Puede que sea la primera vez que se haya tomado una foto de un evento así, pero eso siempre es muy difícil de saber".
Sin embargo, añadió que la foto no era de gran relevancia para la conservación de los tiburones.
Zona de partos
Oliver, quien estudia a los tiburones azotadores en una montaña submarina en Filipinas, remarcó la importancia de este sitio para la especie.
Esta montaña en particular es una suerte de "estación de limpieza".
Los tiburones se dirigen allí para que una especie de peces pequeños que habitan el sitio puedan comerse sus parásitos.
"Pareciera que esta zona no es solamente una estación de limpieza, que resulta esencial, sino que también funciona como un territorio donde ocurren los nacimientos", explica Oliver.
"Hemos visto muchas hembras embarazadas, por eso no creo que haya sido una causalidad".
El investigador y sus colegas quieren que la zona sea considerada como un área protegida.