"En pleno 2020, como lo demuestra la actual epidemia del nuevo coronavirus, el mundo sigue estando desprevenido, no se encuentra preparado para enfrentar una pandemia". (Ilustración: El Comercio)
"En pleno 2020, como lo demuestra la actual epidemia del nuevo coronavirus, el mundo sigue estando desprevenido, no se encuentra preparado para enfrentar una pandemia". (Ilustración: El Comercio)
Elmer Huerta

Durante el verano septentrional del 2014, el mundo se sorprendió con la aparición del en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Una enfermedad terrible, con una mortalidad del 80% (comparada con el 2,1% del actual ), y para la cual no había cura. Un reporte relata los acontecimientos que llevaron a su control dos años después.

La respuesta de la comunidad de salud pública mundial frente al ébola fue al principio –de acuerdo con el reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC)– como ahora: lenta, errática y desarticulada. En los países africanos afectados no existía coordinación alguna, no había dinero para comprar insumos básicos de protección ni para albergar a centenares de personas infectadas que necesitaban aislamiento. Los afectados migraban despavoridas de ciudad en ciudad y a otros países vecinos, tratando de escapar de la enfermedad. No había fondos para hacer campañas educativas, y cada región reaccionaba ante la epidemia –como ahora– con intervenciones no basadas en evidencia.

La OMS declaró dos veces una emergencia global por el virus del ébola. (Foto: Getty)
La OMS declaró dos veces una emergencia global por el virus del ébola. (Foto: Getty)

El resultado de ese caos fue que el pánico cundió en el mundo, y cada gobierno actuaba como le parecía. En el Perú, se llegó a detener en el aeropuerto internacional Jorge Chávez a un ciudadano africano solo porque había estado en Guinea. Las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) no se percataron de que el hombre era de Guinea Ecuatorial, un país que no tenía casos de ébola y que está localizado a más de 2.000 kilómetros del verdadero epicentro de la epidemia.

No fue sino hasta que el Congreso norteamericano destinó 5.200 millones de dólares en diciembre del 2014 que los CDC empezaron a trabajar en África, y llegaron a tener 1.897 salubristas en la región. Diez mil más trabajaron desde Atlanta y dedicaron en total 110.000 días de trabajo al proyecto.

El punto culminante de tamaña empresa fue que se logró impedir el avance de la enfermedad en los vecindarios pobres de Lagos, en Nigeria, un país con 190 millones de habitantes. De no haberse logrado ese hito, es probable que la epidemia hubiera explotado, no solo en el continente africano, sino en otras naciones del mundo.

La conclusión del reporte se plantea con una pregunta: ¿No hubiera sido mejor evitar el problema invirtiendo con anticipación en una sólida infraestructura de salud pública en África, en vez de destinar 5.200 millones de dólares para apagar un incendio ya producido?

Malas noticias este 2020

En esta imagen de archivo se observa a un guardia de seguridad verificando la temperatura de una mujer que usa una máscara protectora como medida preventiva después del brote del coronavirus. (AFP)
En esta imagen de archivo se observa a un guardia de seguridad verificando la temperatura de una mujer que usa una máscara protectora como medida preventiva después del brote del coronavirus. (AFP)
/ NICOLAS ASFOURI

El asunto es que en pleno 2020 –como lo demuestra la actual epidemia del nuevo coronavirus–, el mundo sigue estando desprevenido, no se encuentra preparado para enfrentar una pandemia. La prueba de esa aserción está en un reciente estudio publicado en el “BMJ” en julio del 2019. El reporte, da los resultados de una iniciativa del proyecto Resolve to Save Lives, de Vital Strategies, en la que los ministerios de salud de 100 países respondieron un detallado cuestionario (“Evaluación externa conjunta”) sobre 19 áreas técnicas de preparación ante una posible pandemia. El Perú no participó en el estudio.

Las conclusiones son decepcionantes. Primero, ninguno de los participantes está completamente preparado para enfrentar una epidemia. Segundo, la cantidad de deficiencias que tienen los países para enfrentar una, y la lista de acciones que se deben tomar para subsanarlas, es abrumadora. Hay más de 7.000 tareas prioritarias que esperan acción. Tercero, si bien es cierto que las evaluaciones externas conjuntas de los 100 países han diagnosticado las deficiencias que tienen que subsanar para enfrentar una epidemia, muy pocas de esas han sido enfrentadas y resueltas.

Concluye el reporte que para tener un mundo más seguro, es imperativo que las instituciones globales, sus filiales y los ministerios de salud se asesoren y preparen para prevenir, detectar y responder brotes de enfermedades, abordando el financiamiento, la priorización y la gestión.

Corolario

Estamos seguros de que la reacción frente al nuevo coronavirus está dejando valiosas lecciones al Minsa. Ninguno de los casos sospechosos de tener el virus fue detectado en el aeropuerto internacional Jorge Chávez. Solo después de presentar síntomas de resfrío –y a pesar de haber estado en Wuhan–, los tres ciudadanos chinos sospechosos de estar infectados fueron llevados por la empresa CCCC al hospital Casimiro Ulloa, donde recién se inició el protocolo de emergencia.

Una ciudadana arequipeña que estuvo en Wuhan se presentó por iniciativa propia al hospital Honorio Delgado, tampoco fue detectada a tiempo. Sin duda, hay mucho que mejorar.

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