El Perú se ubica en el puesto 97 de la clasificación de países en función de los índices de mortalidad infantil y bienestar, salud, educación y nutrición en 180 países del mundo, según un informe de la ONU publicado en la revista médica británica The Lancet.
Naciones pobres como República Centroafricana y Chad se sitúan a la cola, mientras que Noruega y Holanda tienen las mejores posibilidades de supervivencia y bienestar según esta lista, que hace énfasis en los efectos del cambio climático y la equidad.
En la región, los países mejor situados en el índice son Cuba en el puesto 46, Chile en el 53 y Uruguay en el 66. Haití (151), Guatemala (128) y Bolivia (118) se encuentran en las peores posiciones.
Sin embargo, este escalafón prácticamente se invierte cuando se analiza el impacto de la contaminación del aire respecto a las emisiones de dióxido de carbono per capita. “Noruega clasificó en el puesto 156, la República de Corea en el 166 y los Países Bajos en el 160. Cada uno de los tres emite un 210% más de CO2 per cápita que en sus objetivos previstos para 2030. Estados Unidos, Australia y Arabia Saudita están entre los diez peores emisores”, detalla la ONU en un comunicado.
“Se estima que unos 250 millones de niños menores de cinco años en los países de ingresos bajos y medios corren el riesgo de no alcanzar su potencial de desarrollo, sobre la base de indicadores aproximados de retraso en el crecimiento y la pobreza. Pero lo que es aún más preocupante es que todos los niños del mundo se enfrentan ahora a las amenazas existenciales del cambio climático y las presiones comerciales”, afirma la copresidenta de la Comisión y ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark.
“Los líderes mundiales están fallando a los niños y a la juventud: no protegen su salud, sus derechos ni su planeta”, deploró el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Amenaza inmediata”
La infancia está desprotegida en todo el mundo frente a la “amenaza inmediata” que suponen para su salud el cambio climático y la mala alimentación, según el informe.
Los avances realizados en los últimos 20 años en el ámbito de la salud de los más jóvenes se encuentran “hoy en día en punto muerto” e incluso “amenazados”, afirman los autores del informe encargado por la OMS y UNICEF.
El grupo de 40 expertos independientes en salud infantil sostuvo que ningún país está protegiendo a estas generaciones de los nocivos impactos de las emisiones de dióxido de carbono, la destrucción de la naturaleza y de los alimentos procesados y altamente calóricos.
El calentamiento global, provocado esencialmente por los países ricos, “amenaza el futuro de todos los niños”, al suponer una nueva amenaza para su salud: desde las olas de calor hasta la propagación de enfermedades tropicales.
El informe también denuncia la publicidad de los alimentos grasos, azucarados, del alcohol y del tabaco y su efecto pernicioso entre el público infantil.
“El mensaje principal es que ningún país está protegiendo la salud de los niños hoy en día ni su futuro”, según Anthony Costello, director del Instituto de Salud Global del University College de Londres.
"Cuando analizamos el impacto de la contaminación del aire en los pulmones de los niños, nos damos cuenta de que tenemos poco tiempo para arreglar esta cuestión", dijo a la AFP.
“Tenemos las soluciones, pero nos falta el liderazgo político y la voluntad de aplicarlas”, dijo.
La obesidad, multiplicada por 11
Unos 250 millones de niños menores de cinco años en países con ingresos bajos y medios corren el riesgo de sufrir retrasos debido a la malnutrición y otros impactos de la pobreza, según los autores del informe.
Al mismo tiempo, el número de niños obesos en el mundo se multiplicó por 11 desde 1975 y alcanzó los 124 millones.
En algunos países, los niños ven hasta 30.000 anuncios en televisión cada año. Y pese a las regulaciones, un estudio mostró por ejemplo que los niños en Australia están expuestos a 51 millones de anuncios sobre bebidas alcohólicas. “La regulación de la industria fracasó”, según Costello.
“Y la realidad podría ser peor: tenemos nuevos datos sobre la enorme expansión de la publicidad en las redes sociales y los algoritmos destinados a nuestros hijos”.
Los autores instan a los gobiernos a reducir radicalmente las emisiones de dióxido de carbono en acorde a los objetivos del Acuerdo de París y a endurecer la regulación de la publicidad.
AFP/El Comercio
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