ESTOCOLMO. El cirujano Paolo Macchiarini saboreó las mieles de la gloria, la fortuna y el éxito antes de caer en desgracia, acusado de haber utilizado a sus pacientes como conejillos de india.
Después de años de polémica, esta semana el Instituto Karolinska de Estocolmo, un centro de investigación de reputación mundial que cada año otorga el Nobel de medicina, lo despidió.
Macchiarini fue pionero en ingeniería tisular y vías respiratorias. El nombre de este científico, nacido en Suiza en 1958, dio la vuelta al mundo en el 2008 al ser el primero en realizar un trasplante de tráquea a partir de células madre del propio paciente para facilitar la cicatrización y disminuir los riesgos de rechazo.
El Instituto Karolinska lo recompensó en 2010 con un cargo de profesor invitado de medicina regenerativa. Y el hospital universitario Karolinska lo recibió con los brazos abiertos.
Allí realizó, en el 2011, el primer trasplante de una tráquea artificial, de plástico, que también cubrió con tejidos del paciente.
En total se cree que ha realizado tres operaciones en Estocolmo y cinco en otros países. "Queremos crear nuevos órganos, como Frankenstein", explicaba el cirujano en un documental difundido por la televisión pública sueca SVT en enero del 2016.
Sus problemas empezaron en el 2013, al saberse que en las publicaciones científicas ocultó el deterioro del estado de salud de algunos operados. Según la prensa, seis de las ocho personas trasplantadas murieron.
Entonces el hospital decidió suspender todos los trasplantes de tráqueas sintéticas. Ese mismo año Macchiarini inició estudios clínicos en Krasnodar, Rusia.
El Instituto Karolinska y la prensa se interesaron por su pasado y descubrieron que Macchiarini era objeto de una investigación de la fiscalía de Florencia (Italia) a petición de varios pacientes que lo acusan de abjurar del discurso de Hipócrates: les pidió hasta 150.000 euros (unos 166.500) por operarlos.
El procesamiento sigue su curso, informó el miércoles la fiscalía toscana a la agencia AFP.
Cascada de mentiras
En Suecia, la policía abrió una investigación contra el cirujano por homicidio involuntario agravado y delito de lesiones. Se expone a seis años de cárcel.
"Sus acciones tuvieron consecuencias trágicas para las personas afectadas y sus familiares", justificó el director de recursos humanos del Instituto Karolinska, Mats Engelbrektson.
Macchiarini arrastró en su caída al rector del Instituto Karolinska, Anders Hamsten, que lo había apoyado en el 2015, y al secretario general de la Asamblea Nobel, Urban Lendahl. Ambos dimitieron.
"Se pone en duda nuestra integridad debido al comportamiento de este tramposo", declaró a la AFP Lena Claesson-Welsh, miembro de la academia real de ciencias.
También se sospecha que el médico mintió sobre sus investigaciones en las que asegura haber ensayado con animales. Un documental lo niega.
Se le acusa asimismo de haber mentido sobre sus diplomas y títulos académicos. "Paolo Macchiarini suministró información incorrecta o engañosa en sus currículums", afirma el instituto.
El médico culpa de todo ello a su secretaria española.
En febrero, Vanity Fair publicó un artículo sobre él a partir de unas declaraciones de la periodista de la televisión estadounidense NBC Benita Alexander, quien fue su amante.
Además de presentarse como el médico personal de los Clinton, Obama y Putin, el cirujano le dijo, según ella, que el papa Francisco, paciente y amigo suyo, oficiaría su boda.
El abogado sueco del médico ha declinado responder a las preguntas de la AFP.
Fuente: AFP