De izquierda o derecha, conservadores o liberales. ¿Y si todo esto fuera transmitido por los padres? Un estudio publicado en la revista británica de la Royal Society evidencia un vínculo entre la genética y las preferencias políticas.
Desde hace varios años, la idea de que factores biológicos como los genes podrían influir, en parte, en nuestras ideas políticas se va abriendo paso. Y la cuestión apasiona a politólogos y psicólogos.
La mayor parte de nuestros caracteres, como el color de la piel o la talla, dependen de nuestro genoma. ¿Y si existiera un gen para las tendencias izquierdistas o las derechistas?
Para este nuevo estudio, Richard P. Ebstein, de la Universidad de Singapur, y sus colegas estudiaron el genoma de 1.771 estudiantes universitarios que pertenecen a la etnia Han (la más grande de China), ya que tienen un grupo genéticamente próximo.
Para los investigadores, el gen DRD4, que tiene un papel en la transmisión de la dopamina, podría intervenir en nuestras opciones políticas, sobre todo en las mujeres. La dopamina influye en funciones neurológicas como la memoria, el aprendizaje, la creatividad.
Nuestras afinidades políticas podrían estar ligadas al variante de este gen del que somos portadores.
Decenas de estudios precedentes han establecido vínculos estrechos entre opinión política y algunos rasgos de nuestra personalidad. Los conservadores, que tienen tendencia a amar el orden y una vida estructurada, serían más coherentes en el modo de tomar decisiones. Los liberales, en cambio, mostrarían mayor tolerancia ante la ambigüedad y la complejidad, se adaptarían mejor a circunstancias inesperadas.
El estudio matiza que las tendencias políticas de cada cual dependen también de factores coyunturales y educativos. "Todos estos factores se deben tomar en cuenta para entender las diferentes sensibilidades políticas", destacan los científicos, y señalan que tampoco "la biología puede ser ignorada".
Fuente: AFP