Puede convertirse en una auténtica pesadilla.
Lo es para Sheridan Larkman, una australiana de 23 años que afirma que le salió pecho cuando tenía ocho años y desde entonces no le ha dejado de crecer. Larkman cuenta en el periódico The West Australian y en otro medios que ha sido diagnosticada con hipertrofia mamaria.
Se trata de una extraña afección médica que afecta al tejido del seno y que provoca que los pechos crezcan grandes y desproporcionados con respecto al resto del cuerpo, de acuerdo con la ONG Breast Cancer UK.
Puede afectar a uno o a los dos senos y no se sabe exactamente qué lo causa pero se cree que puede deberse a una mayor sensibilidad a las hormonas sexuales femeninas como la prolactina, que estimula la producción de leche.
Dependiendo del caso, puede denominarse macromastia y gigantomastia, siendo esta última el caso más severo de hipertrofia.
Suele aparecer tras la primera menstruación y de forma abrupta, haciendo que el pecho crezca mucho en periodos cortos de tiempo. En algunos casos, el crecimiento es continuo ocasionando mucho malestar a las mujeres que la padecen pero Breast Cancer UK advierte de que no es una condición cancerígena.
Larkman, que sufre varios problemas de salud a causa de la hipertrofia, lleva a cabo una campaña de recogida de fondos en internet para pagar una operación reductora.
Problemas
Y es que este crecimiento desmesurado de los senos acarrean son dolores de espalda, de cuello, estrías y rotura de la piel que puede derivar en infección.
También hay dificultades para llevar una vida normal o realizar actividades deportivas ya que las personas con hipertrofia mamaria suelen sentir mucho dolor.
Pero las consecuencias son también psicológicas. El servicio de salud público británico, el NHS, asegura que muchas pacientes sienten vergüenza e incluso sufren depresión por esta condición.
Larkman asegura que de joven sufrió bullying en el colegio y que sus pechos, que cree pesan entre cinco y seis kilos cada uno, le han provocado escoliosis crónica.
¿Qué hacer?
Hacer dieta o perder peso no ayudará a reducir el tamaño de los senos, advierten desde el NHS. El tratamiento que ha demostrado ser más efectivo es la mamoplastia reductora y en algunos casos muy específicos la liposucción, asegura el servicio británico de salud.
La operación puede aliviar el malestar físico y generalmente los niveles de autoestima mejoran con la nueva apariencia física. Pese a todo, los problemas pueden persistir y el pecho puede volver a cambiar de tamaño y forma.
La alternativa a una cirugía pueden incluir otras soluciones para intentar paliar los efectos de la hipertrofia. Usar un brasier con un ajuste correcto, mantener la piel de los senos limpia y seca para evitar problemas.
En aquellos pacientes con asimetrías entre ambos senos, pueden usarse prótesis.