(Foto: NASA, ESA y G. Bacon)
(Foto: NASA, ESA y G. Bacon)
Redacción EC

La NASA recientemente dio a conocer que el telescopio espacial Hubble detectó la existencia de un exoplaneta ubicado a 1.730 años luz de la Tierra. El cuerpo celeste, llamado Kepler-13Ab, despertó la curiosidad de los astrónomos, luego de que estos descubrieran que tiene nevadas sumamente peculiares.

Kepler-13Ab es lo que los científicos llaman un “júpiter caliente”, denominación que reciben los planetas gaseosos de estructura similar al gigante del Sistema Solar que tienen ubicaciones cercanas a las estrellas en torno a las que orbitan.

(Foto: NASA, ESA y G. Bacon)
(Foto: NASA, ESA y G. Bacon)

Una parte de este planeta está sometida constantemente a la luz solar, mientras que la otra mitad está sumida en una noche permanente. Es en este último lugar donde los astrónomos encontraron una gran concentración de precipitaciones de óxido de titano, material esencial para la fabricación de protectores solares.

Se trata de un fenómeno que únicamente se produce en el lado frío del planeta y los investigadores creen que los fuertes vientos de la atmósfera son los responsables de llevar el óxido de titanio hasta esta región. Una vez ahí, la gravedad de Kepler-13Ab –seis veces más fuerte que la de Júpiter– lleva el material desde la atmósfera superior hasta la región baja.

El hallazgo de esta forma peculiar de nieve no fue intencional, pues los astrónomos no buscaban óxido de titano en primera instancia. Lo que habían observado era que la atmósfera del planeta era más fría a grandes alturas, lo que se contradecía con lo que se esperaba de este júpiter caliente.

Al percatarse de eso, los investigadores concluyeron que una forma gaseosa del óxido de titanio –que se caracteriza por absorber la luz– había sido removida de la parte diurna de la atmósfera a causa de los vientos citados antes.

El hallazgo es sorpresivo porque Kepler-13Ab es uno de los exoplanetas más calientes que se conoce con temperaturas de casi 5.000 grados Farenheit en su región iluminada. Dicha información puede ser extrapolada a otros cuerpos similares.

“Presumiblemente, este proceso de precipitación está sucediendo en la mayoría de los jupiteres calientes observados, pero todos esos gigantes gaseosos tienen gravedades superficiales más bajas que las de Kepler-13Ab”, dijo Thomas Beatty, el líder de la investigación.

“Estas observaciones de Kepler-13Ab Kepler-13Ab nos están diciendo cómo se forman las nubes en los jupiteres muy calientes y como la gravedad puede afectar la composición de una atmósfera”, añadió el experto.

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