En un país obsesionado con el éxito académico, el singapurense Galvin Kang Jian Wen hizo algo impensable: paró de estudiar cuando era adolescente para dedicar más tiempo a los videojuegos.
Tuvo que desafiar la desaprobación familiar y social para conseguir su sueño de convertirse en un campeón en eSports (deportes electrónicos), pero su combate valió la pena pues ahora asistirá con su selección nacional a los juegos mini-olímpicos del sudeste asiático (SEA Games).
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En todo el mundo, muchos adolescentes están reemplazando sus estudios por horas y horas de juego y entrenamiento en computadoras y teléfonos móviles, atraídos por el ‘boom’ de los eSports, que ofrecen en sus grandes torneos premios de millones de dólares.
Pero quizá en ninguna parte sea tan sorprendente el proyecto de trocar libros de texto por videojuegos como en Singapur, que lidera los ‘rankings’ mundiales de educación y donde el esfuerzo en aras de la excelencia académica es algo profundamente arraigado en la psicología nacional.
Kang dice que su talento como jugador era tan evidente que tuvo el valor de dar ese paso.
“Dejé de estudiar y me dedico a mi pasión”, afirma a la AFP el joven de 23 años en el campo de entrenamiento en Singapur antes de los Sea Games, organizados por el socio del torneo de eSports, el grupo Razer.
“Desde luego (mis padres) no estaban muy contentos por mi decisión, porque nadie quiere que sus hijos dejen de estudiar”, admite.
Una excepción
Kang es sin embargo una excepción en un país conocido por su estricto sistema educativo. Esa presión ya está presente desde la escuela primaria, por lo que muchos críticos, que la consideran excesiva, aseguran que contribuye a desarreglos mentales entre los más jóvenes.
Esta obsesión en Singapur por la educación y por hallar luego un trabajo bien remunerado, hace que no sean muchos los que se aventuran a seguir una carrera en el incipiente mundo del eSports. En Singapur hay solamente unos 15 jugadores profesionales.
“Singapur está muy centrada en los estudios” afirma el presidente nacional de la asociación de eSports, Ng Chong Geng, quien recuerda que cuando dio una charla en la universidad ni un solo estudiante expresó el deseo de convertirse en jugador profesional.
“(...) Si intentas convertirte en un deportista de eSports tienes que renunciar a muchas otras opciones”, explica.
Kang no es el único de los que acudirán a los SEA Games -que se celebran en Filipinas en noviembre y diciembre- en haber optado por los videojuegos en lugar de estudiar.
“Lo que más me cambió fue dejar la escuela y así poder jugar todo el día, todo el tiempo”, afirma el jugador tailandés de 17 años, Nuengnara Teeramahanon, que abandonó los estudios a los 16.
"No quería seguir estudiando. Me parecía tan aburrido" explica.
Sin embargo, la falta de preparación puede convertirse en una desventaja para los jugadores cuando se retiran, lo que suele ocurrir a temprana edad en el marco de los eSports. En algunos juegos, los jugadores están acabados a los 23 años, pues sus reacciones empiezan a ser más lentas.
Nueve países, seis títulos
Participarán en los SEA Games jugadores de nueve países, que competirán por seis títulos en las modalidades Mobile Legends, Arena of Valor, Dota 2, Starcraft II, Tekken 7, y Hearthstone.
Los jugadores que han renunciado a estudiar para intentar éxito en los eSports dicen que sus familias, en la mayoría de los casos, han aceptado su elección.
Kang perteneció a un equipo en Estados Unidos, donde se le pagó el alojamiento y recibió un sueldo y premios en efectivo. Actualmente juega para un equipo basado en Tailandia.
“Finalmente, mis padres acabaron por aceptarlo” dice. “Puedo mantenerme y vivo por mis propios medios”.
Fuente: AFP
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