En el 2014, las investigadoras Rossana Maguiño Napurí y Alejandra Mendoza Pfennig confirmaron que el tiburón ballena (Rhincodon typus), conocido como “el pez más grande del mundo”, recorría el mar del Perú. Antes de eso solo existían algunos reportes de avistamientos hechos por pescadores de las regiones Tumbes y Piura, al norte del país sudamericano.
En esas zonas pesqueras existía el mito de que “el tiburón come gente”, lo que generó ataques a la especie durante muchos años, desde echarles aceite hasta la caza para comercializar sus aletas, aunque sin mucho éxito porque al tener una piel muy gruesa se dificulta su extracción y comercialización.
El mito se rompió cuando los pescadores observaron a las científicas nadando junto a los tiburones ballena sin ser atacadas, mostrando que era posible tener una convivencia pacífica entre la especie y los hombres de mar.
Los pescadores se volvieron aliados de las investigadoras para descubrir si en Perú existía una agregación (grupo) de esta especie, dando así inicio al proyecto tiburón ballena, pues hasta ese momento no se había estudiado a estos gigantes en Perú.
Actualmente, los pescadores locales de Canoas de Punta Sal, en la región Tumbes promueven el turismo marino: un recorrido por las aguas donde nada el enorme y gentil pez y, de ser posible, el encuentro casual con la especie. Incluso, este proyecto turístico ya fue motivo de un artículo científico publicado en 2022: “Turismo y conservación del tiburón ballena a través de la ciencia ciudadana”.
A continuación, presentamos tres claves para conocer más sobre esta especie y el proyecto en el que participan los pescadores.
1. Características del tiburón
Los tiburones ballena pueden alcanzar los 20 metros de largo y viven entre 100 y 130 años. Antiguamente eran confundidos con las ballenas azules (Balaenoptera musculus) por su gran tamaño. Entre ambas especies las diferencias están en la fisiología: los tiburones son peces que respiran por las branquias y las ballenas son mamíferos acuáticos que tienen pulmones y deben salir a la superficie a respirar.
Otra característica de los tiburones ballena es que son animales filtradores que consumen únicamente zooplancton, huevos de corales y fitoplancton.
Lo más impactante de esta especie es que tiene la capacidad de autofecundarse. “Es decir, tras un encuentro con un macho es capaz de guardar el esperma y seleccionar la época de apareamiento propicia de acuerdo a los factores favorables: disponibilidad de alimento y condiciones ambientales idóneas”, explica la ingeniera pesquera Alejandra Mendoza.
Hasta el momento no se conoce cuánto tiempo dura su proceso de gestación y dónde paren. Lo que sí se sabe es que son vivíparos placentarios, es decir, los individuos salen completamente desarrollados del vientre de la madre.
2. Descubrimiento científico
La organización EcoOceánica inició el proyecto tiburón ballena, liderado por las investigadoras Maguiño y Mendoza y la asesoría de la científica Dení Ramírez, quien ya desarrollaba una investigación con esta especie en México.
En el primer año de trabajo, las científicas identificaron seis tiburones ballena y descubrieron las temporadas de avistamientos, que van desde septiembre hasta diciembre en las playas de Tumbes y Piura. Sin embargo, aún los resultados eran pocos y el financiamiento limitado. En el 2017 tuvieron la mayor cantidad de avistamientos con 100 individuos identificados.
Ese año, las científicas confirmaron la existencia de una agregación de tiburones ballena en etapa juvenil, de entre 12 a 20 años. “Si lo comparamos con la vida de una persona, estaríamos hablando de adolescentes en referencia a los juveniles”, explica Rossana Maguiño.
Dos años después, en el 2019, se publicó el descubrimiento en el estudio “El norte de Perú se convierte en una nueva área de agregación para los tiburones ballena”. Las investigadoras Mendoza y Maguiño lo presentaron en el Primer Congreso Latinoamericano de Tiburones, Rayas y Quimeras y el VIII Simposio Nacional de Tiburones y Rayas en México.
Hasta 2023, en casi diez años de trabajo, las científicas han registrado ya a 212 tiburones ballena en esa región de Perú.
3. La protección a la especie
En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el tiburón ballena está catalogado como En Peligro de Extinción, siendo su principal amenaza la pesca incidental.
En el 2017, el Ministerio de la Producción de Perú emitió la resolución ministerial que prohíbe la extracción de tiburón ballena en aguas marinas de la jurisdicción peruana, así como su desembarque, transporte, retención, transformación y comercialización.
“La pesca del tiburón está prohibida y nosotros respetamos al animal. Vivimos con ellos y nos respetamos entre sí, aprendimos a vivir en armonía”, afirma el buzo Juan Antonio Apolo Cornejo, quien lleva siete años colaborando con las científicas en la protección del inmenso pez.
Juan, junto a su hermano gemelo Carlos Apolo Cornejo, apoya la labor de las investigadoras reportando avistamientos de la especie y concientiza a los otros pescadores para mantener la convivencia pacífica con el animal.
“Nos explicaron que no era como otros tiburones, que no usaba sus dientes sino que comía fitoplancton. Ahora le damos su lugar al tiburón. Nos bañamos con él a un metro de distancia. La regla de oro era no tocar al tiburón y darle su espacio”, afirma el buzo Antonio Apolo.
Uno de los recientes logros del proyecto científico es la creación de la Reserva Nacional Mar de Grau, un área de 115 675 hectáreas de mar frente a los departamentos de Piura y Tumbes que alberga el 75 % de las especies marinas que existen en el mar peruano, entre ellos los tiburones ballena.
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*Imagen principal: Durante varios días, los equipos de Ecoceánica y el Centro Sabin de la Universidad Wake Forest hicieron pruebas en mar abierto para mejorar el estudio de la especie. Foto: Instagram Ecoceánica Perú.
El artículo original fue publicado por Mongabay Latam.Puedes revisarlo aquí.