Un grupo de ingenieros estadounidenses creó una pila con un revestimiento especial que impide que cause daños en caso de que sea tragada.
Las pilas pequeñas, en forma de botón, causan al año miles de lesiones, algunas fatales, sobre todo en niños.
El nuevo baño hace que la pila sólo pase electricidad si es apretada, como cuando está bajo la presión de un muelle en el compartimento de las pilas.
El resto del tiempo, una capa impermeable aísla a la pila, dejándola inactiva y haciéndola segura en caso de accidente.
Lesiones terribles
Según los creadores, el aislamiento es clave para prevenir lesiones y muertes, ya que éstas ocurren cuando las pilas se humedecen y sueltan corriente después de ser tragadas.
"La corriente sale y rompe el agua, generando iones de hidróxido que son corrosivos", explicó Jeff Karp, ingeniero biomédico del hospital Brigham and Women de Boston.
En la práctica, la pila genera una soda corrosiva que se puede comer los tejidos y dañar el esófago o las cuerdas vocales. A veces también alcanza vasos sanguíneos clave.
Hace dos años uno de los compañeros de Karp se fijó en las estadísticas de este problema y junto a su equipo decidió buscar una solución. Sólo en Estados Unidos hay 3.000 ingestiones al año de pilas.
"Lograr lo imposible"
El nuevo diseño sensible a la presión utiliza una propiedad de la mecánica cuántica llamada "efecto túnel", por la cual una partícula penetra una barrera violando los principios de la mecánica clásica.
Para ello la parte negativa de la pila fue recubierta con una capa de 1mm de grosor de un material llamado QTC (quantum tunnelling composite), compuesto en su mayoría por silicona pero salpicado con partículas minúsculas de metal.
Cuando se aprieta con firmeza, las partículas de metal se acercan, lo cual permite que los electrodos pasen entre ellas mediante el "efecto túnel". Este proceso sólo puede explicarse con mecánica cuántica. "Es un fenómeno salvaje", dijo Karp. "Esencialmente logra lo imposible".
Los materiales tipo QTC ya se utilizan en muchas aplicaciones.
Una compañía con sede en Inglaterra, Peratech, ya desarrolló materiales QTC y les vendió la licencia de uso a fabricantes de teléfonos celulares y la NASA.
Así que el equipo de Karp no tuvo que buscar demasiado una vez que dieron con la idea de hacer pilas sensibles a la presión.
Una vez que uno de los extremos fue cubierto con una capa de QTC, el resto de la pila se recubrió con un sellador para impermeabilizarla.
El resultado es una pila que puede generar corriente bajo presión, pero que es completamente inerte el resto del tiempo.
Karp y su equipo en Boston ya solicitaron la patente de su diseño.
Pruebas prácticas
Karp trabajó con investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussetts y de la Universidad de Harvard para poner a prueba el nuevo diseño.
Y comprobaron que las pilas no causaron ningún daño cuando fueron colocadas en muestras de tejido intestinal y en el sistema digestivo de cerdos vivos.
Los investigadores también pusieron las nuevas pilas en una réplica de fluidos estomacales durante 24 horas, y observaron que no causaron ninguna lesión.
Esa misma prueba hizo que una pila normal, sin revestimiento, generara un cortocircuito y una fuga corrosiva grave.
Pendientes de una patente
La doctora Kate Parkins, del servicio de Transporte Pediátrico del norte de Gales, en Reino Unido, ha tratado a varios niños pequeños con lesiones terribles por la ingestión de pilas, entre ellos dos que fallecieron recientemente.
Parkins describió como "horroroso" ver cómo los doctores son incapaces de detener las hemorragias internas, hagan lo que hagan. Según la doctora Parkins la idea de una capa aislante protectora es "fantástica".
"Sería genial, si algo tan simple pudiera resolver un problema grave", le dijo a la BBC.
Hasta ahora Parkins sólo había visto propuestas que sugerían hacer que las pilas tuvieran mal sabor o pintarlas con un tinte para que los padres supieran que los niños las tragaron.
Paul Shearing, ingeniero mecánico que trabaja en tecnología para pilas en la universidad UCL de Londres, concuerda que el diseño es "una posibilidad emocionante", siempre y cuando se pueda aplicar extensamente.
"Estas cosas se hacen a una escala tan enorme que necesitas una amplia adopción", dijo, añadiendo que el revestimiento "sí parece ser relativamente expansible y poco costoso".
Karp y su equipo en Boston ya solicitaron la patente de su diseño y tuvieron varias conversaciones para ponerlo en práctica.
Estiman que el impacto en el precio de la pila será "en la gama de los centavos y no de los dólares" por unidad.