Cuando se anunció en el Congreso de Telefonía Celular en Barcelona el lanzamiento de Blackphone, un teléfono para cuidar la privacidad, los medios se apresuraron a cubrirlo. Después de todo las filtraciones de Edward Snowden estaban frescas en la memoria digital.
Cuatro meses después y con un precio de US$629 Blackphone ya puede adquirirse, pero ¿vale la pena?
"Habla y charla en libertad sabiendo que tus conversaciones están fuera del radar de vigilancia" dice la empresa al promover su producto y agrega: "Navega internet con la confianza de saber que nadie está mirando por encima de tu hombro".
La premisa de venta es que tú estás en control de tus datos, tu dispositivo y nadie más puede acceder a tu información.
Cómo funciona
Blackphone opera bajo Android pero con una capa añadida de seguridad con la cual sus creadores rebautizaron a la plataforma como PrivOS.
Esa capa encripta los datos que existen en el teléfono, dificultando así su rastreo.
Adicionalmente una de las características más importantes del dispositivo es un conjunto de apps para añadir un nivel más de seguridad.
Aplicaciones como Silent Voice y Silent Text permiten realizar llamadas y enviar textos de forma privada.
Otras como Silent Circle permiten realizar comunicaciones seguras con otros usuarios, aunque estos no tengan un Blackphone. Eso funciona pues cada usuario de este teléfono puede regalar tres suscripciones a la app a familiares o amigos.
SpiderOak crea una nube privada en la que los usuarios pueden respaldar su información encriptada sin temor a que un cracker robe sus datos.
Encima de esto la navegación en la red es privada a través de un VPN (una conexión privada virtual), las búsquedas que se realizan no dejan direcciones IP ni almacenan las llamadas cookies con nuestras preferencias, y su administrador de WiFi sólo se conecta a puntos de acceso en los que confiemos plenamente.
Estrategia de mercado
La empresa detrás del producto se llama SGP Technologies y es el resultado de una aventura conjunta entre la start-up española GeeksPhone (fabricante de teléfonos) y la empresa especializada en seguridad informática, Silent Circle.
El teléfono se vende en más de US$600, pero de ahí no vienen los principales ingresos. Como indica la compañía creadora, el dispositivo tiene preinstaladas aplicaciones que cuestan más de US$800 y que tienen una suscripción que expira en dos años.
Los usuarios que se acostumbren a la seguridad, y a la privacidad, probablemente renovarán su suscripción.
Además empresas preocupadas por sus datos podrían también ver en Blackphone la salida a la preocupación por su información.
SPG ya está distribuyendo los teléfonos a quienes los preordenaron, el resto de los mortales podrá adquirirlos a partir del 14 de julio.
¿Muy bueno para ser verdad?
Los primeros reportes de pruebas sobre el dispositivo indican que aún tiene camino por recorrer para asegurarse que el teléfono ejecute sus funciones sin pausas o interrupciones. Pero esas primeras reseñas provienen de aparatos de prueba y no del producto final.
En cuanto a seguridad se refiere, Ars Technica (un sitio tecnológico) realizó pruebas en las que comprobó que ningún dato se filtró desde el teléfono. Dicha organización ha estado mostrando lo fácil que es filtrar información a partir de apps instaladas en los teléfonos inteligentes.
Pero la gran pregunta es: ¿existe un mercado lo suficientemente grande para que este tipo de teléfono pueda generar ganancias? No cabe duda que hay cada vez más preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos, pero al mismo tiempo la información es cada vez más pública.
Por otro lado también puede argumentarse que sería un dispositivo ideal para quien no quiere ser rastreado por cometer actividades ilícitas y, si las ventas del teléfono despegan, atraerá la atención de gobiernos del mundo como ocurrió en su momento con BlackBerry.
Finalmente, desde el punto de vista del consumidor, no pareciera justificarse la necesidad de desembolsar US$629 por un teléfono que, a pesar de contar con buenas especificaciones técnicas, no se equipara a los teléfonos de alta gama.
¿Ustedes comprarían uno? ¿Les parece un producto relevante o sólo apto para la paranoia?