Renzo Giner Vásquez

RENZO GINER VÁSQUEZ

Este 8 de setiembre serán 45 los años que han pasado desde que nací en Santiago, Cuba. Me dediqué a la radio desde pequeño. Mi infancia en la localidad de El Caney transcurrió entre mi colegio primario Roberto Lamela, la radio todos los sábados y las frutas más dulces de la isla. Amo los viajes y el ciclismo, deporte que me gustaría practicar más seguido. Creo que mi mayor virtud  es la necesidad de crecer constantemente, algo para lo que debes ser paciente y agradecido si no quieres que se convierta en un defecto.

El frío invernal no puede apagar la sonrisa de uno de los rostros más conocidos de CNN en español. Ismael Cala, el hombre que siempre procura escuchar, tiene muchas cosas por contar y aprovecha su visita a Lima para hacerlo.
 
¿Qué siente al trabajar en CNN?
Una responsabilidad altísima, es el líder mundial en noticias, 25 años de historia. Ted Turner creó el primer canal internacional de noticias y la gente pensaba que era una locura. Estar en esa marca es una gran responsabilidad sobre todo por la audiencia tan heterogénea.
 
¿Qué te diría el ‘joven Ismael’?
Comenzaría con una palmadita, y diría “vas por buen camino”. Soy demasiado curioso, intrépido y trato que los años no mermen esas capacidades. Cuando eso merma entramos en una zona de comodidad que no te deja crecer. El joven Ismael comenzó a los 8 en radio y a los 15 en televisión, pero no tenía un propósito de servicio. El de hoy, con casi 45 años, tiene muy en claro su propósito de servicio como comunicador.
 
Conoció a Fidel en una reunión…
Sí. Anecdótica pero que me sirvió mucho. Tuve la oportunidad de verlo en dos ocasiones. En una lo presenté en un evento, en La Habana. Ni hablamos, lo presenté, él entró y dio su discurso. Pero años antes estuve en una recepción con mucha comida, que por cierto en mi casa no había, en el Palacio de la Revolución. Él preguntó al grupo de alumnos qué estudiábamos. Dijeron medicina, ingeniería, y yo dije Historia del Arte. Me miró de pies a cabeza y no dijo nada. El siguiente respondió física nuclear y él dijo: “Eso es lo que hace falta en este país, hombres de ciencia”. Cuando se fue, todos se rieron. Curioso, porque el gobierno sí impulsó las artes, no entendí por qué sucedió pero me abrió los ojos.
 
Este cambio comienza en 1998. ¿Qué siente tras recorrer tantos países?
Mientras más viajas, lees, escuchas y observas puedes darte cuenta de quién eres. La mayoría no se dedica a ver lo que hay alrededor y sigue en piloto automático. Muchos tenemos en la mente códigos programados por otros. En un momento nos toca usar la conciencia y decir qué es mío y qué no. Me tocó hacerlo desde 1998 y los últimos años han sido de crecimiento, traducido en éxito.

¿Por qué nos cuesta escuchar?
Porque no nos programan para eso desde niños. El énfasis es “mi bebe no habla”, pero nadie se preocupa en que no escucha. El escuchar necesita que el ego se deje a un lado para interesarte por la persona que está delante y salir de tu mente para entrar en el espíritu.
 
¿Es una persona muy religiosa?
No. Me considero muy espiritual. Creo en un Dios que no tiene contrato de exclusividad con ninguna religión y eso me hace muy libre. Hay religiones en las que si no se maneja la fe con conciencia, pues se convierten en prisiones para sus fanáticos. Lo viví  en el comunismo y no quiero que pase con ninguna otra doctrina.

¿Qué tan difícil es entrevistar a una persona nueva cada día?
Cada ser es un mundo diferente. En los temas, del sexo a la política, cada personaje tiene su propia naturaleza. Veo la entrevista como una conexión con otro humano, no se programa. Tienes que dar lo mejor y esperar que el otro lo reciba. No podemos tener química con todos.
 
¿Cuál fue la más incómoda?
La que tuve con Evo Morales, porque no llegó a ser una entrevista. Son gajes del oficio, he aprendido que si no quedo contento con el resultado de una entrevista no pienso más en eso, porque viene la próxima y no debe ser contaminada.

¿A qué personaje aún no ha podido entrevistar?

A  Oprah Winfrey. He buscado qué hacer con el poder de convocatoria y encontré una misión de servicio y propósito de impactar la vida de la gente hacia lo positivo. Y eso lo vi en Oprah, por eso será un honor poder conocerla en octubre y entrevistarla.

Ha tenido buenas entrevistas. ¿Una de ellas fue con Larry King?
Fue una clase magistral sobre cómo hacer una entrevista, cómo ser comunicador y cómo mantener un programa por tanto tiempo. Él me dijo: ‘Nunca aprendí nada mientras era yo quien hablaba’. Es el resumen de la importancia de mi libro.

¿A quién le dedicas este libro?
Primero a Dios. Pero también a mi padre, no pude hablar con él durante sus últimos años porque vivía en Cuba. Estaba en un hospital psiquiátrico y lo que muestro en este libro me gustaría haber podido mostrárselo a él, para tratar de hacer la diferencia en la esquizofrenia que tenía en la mente. Está inspirado en su sacrificio por superar lo que muchos llaman enfermedad.

¿Qué sintió al verlo publicado?
No lo podía creer. Es exagerado decir que un libro es un bebe, pero sí nació de tu esfuerzo, tiempo e inversión, un trabajo en equipo.

¿Qué mensaje nos dejaría?
No importa la edad que tienes. Viví 28 años y crecí para ser proletario, salí de Cuba queriendo ser emprendedor. Uno no debe vivir con un mismo tipo de pensamiento y eso solo sucede con el poder de escuchar.

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