Todo aquel a quien le gusten los acertijos o haya visitado un ‘Escape Room’ debería darle una oportunidad a “Busted!”, el extraño reality show de Corea del Sur que estrenó su segunda temporada en Netflix este noviembre en el que varias celebridades coreanas se encargan de resolver misterios y, de paso, realizan varios retos en los que ponen a prueba sus capacidades físicas y mentales.
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La serie está protagonizada por Yoo Jae-suk, Ahn Jae-wook, Kim Jong-min, Park Min-young, Oh Se-hun, Kim Se-jeong y Lee Kwang-soo, quien es reemplazado en la segunda temporada por Lee Seung-gi. Todos estos nombres podrían ser poco reconocidos fuera de su natal Corea del Sur, pero son personas con cierto renombre en el país asiático. Se-hun pertenece al reconocido grupo de k-pop Exo y Min-young ha protagonizado series como "What's Wrong with Secretary Kim" y "Her Private Life". Es de notar que un conocimiento de la farándula surcoreana no es necesario para disfrutar de la serie y los actores interpretan una versión ligeramente ficticia de sus propias personalidades para adecuarse al universo en el que habitan.
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La premisa de “Busted!” es simple y a la vez solo vagamente atendida a lo largo de los episodios: los protagonistas forman parte de un proyecto para ‘revivir’ a los mejores detectives de la ficción mediante el uso de ADN, reunidos por un misterioso benefactor conocido solo como K. Luego de un frenético capítulo inicial donde acuden a una cena que pronto se transforma en una investigación de homicidio, abren una agencia de detectives para resolver más casos.
El mundo del programa coreano tiene más en común con mangas como “Detective Conan” que con nuestra realidad, donde misteriosos asesinatos ocurren cada semana, los códigos de seguridad requieren resolver acertijos, hay millonarios crean una serie de retos para encontrar su herencia y los futuros números ganadores de la lotería son resguardados por diversos y variopintos personajes. Es también un mundo donde un grupo de civiles pueden manipular la escena de un crimen sin repercusiones con la policía, usando la sola excusa de que son detectives.
Al contrario, el programa se regocija en sí mismo en poner a sus protagonistas en situaciones absurdas y verlos cómo interactúa con las mismas. En un episodio de la segunda temporada los detectives se dan cuenta de que uno de los sujetos a interrogar es un antagonista que fue asesinado unos episodios atrás. “Es mi hermano. Eligió un mal camino”, dice el actor sin inmutarse ante los cuestionamientos.
En otro episodio, luego de una serie de relativamente predecibles traiciones que tomó al grupo por sorpresa, los investigadores empezaron a dudar de todos los movimientos del nuevo integrante de su equipo, acusándolo inmediatamente de ser el criminal de la semana.
No esperes tampoco grandes misterios a lo “CSI” o “Sherlock” en cada uno de los episodios, ya que los misterios son lo suficientemente simples para que puedan ser resueltos por los protagonistas o un espectador con interés en el tema y capacidades promedio de deducción.
En una televisión poblada de ‘realities’ como “Combate”, “Esto es guerra”, “Love Island”, “Survivor”, “RuPaul’s Drag Race”, “The Bachelor” y “Keeping Up With The Kardashians”, “Busted!” es una bocanada de aire fresco. Casi no hay competencia entre los participantes, no hay gritos, ni peleas armadas. En su evidente artificialidad, el programa coreano tiene una de las experiencias más auténticas y curiosas de la televisión. Mi disfrute, y carcajadas, son igualmente genuinos.