La mejor serie de Netflix pasa en la vida real: arrancó la huelga de guionistas, esto piden y así los tratan

¿Qué han pedido los escritores que es tan inaceptable para las otras áreas de la industria y que causan la primera huelga en 15 años? Los principales puntos de conflicto giran en torno a pensiones, seguros de salud, remuneraciones - incluyendo compensaciones mínimas y derechos residuales de autor -, cuotas de personal en los shows de televisión, así como reglamento sobre el uso de inteligencia artificial en el proceso de escritura. Aquí revisamos las propuestas del WGA y las respuestas del AMPTP.

No debe sorprender, pero el dinero está en medio de la discusión, donde el WGA consideran que recientes cambios en el panorama de la industria del entretenimiento, en particular el colosal avance de las producciones para streaming, han hecho más difícil ganarse la vida como un guionista.

En el centro de esta discusión están los derechos residuales de los guionistas, un monto pagado a estos por cada emisión de producciones en las que han trabajado. Y si bien ambas partes han acordado aumentar el mínimo pagado bajo este método, el monto difiere entre la WGA (6%,5% y 5%) y la AMPTP (4%, 3%, y 2%).

En este aspecto, el streaming también se ha vuelto un tema central, y la WGA ha demandado que además de los residuales ya existentes, se realicen otros dependiendo del número de vistas de la producción en las plataformas. Esta iniciativa no pudo prosperar porque las empresas no quieren sincerar el número de vistas.

La palabra del momento es la inteligencia artificial, la cual está presente en las demandas del WGA. En este caso el sindicato no pide prohibir su uso, pero pidió que no se pueda usar estas herramientas para escribir o reescribir lo que describen como material literario ni que pueda ser usado como material de referencia. Además, exigen que no se use su trabajo para entrenar a la inteligencia artificial. En este aspecto, la AMPTP rechazó la propuesta, pero propuso realizar encuentros anuales para discutir avances en la tecnología.

Por el lado de la industria televisiva, uno de los principales puntos de debate son el “writers’ room” (salas de guionistas), cuya preservación se ha vuelto importantísimo para el WGA. En ese aspecto, el sindicato exige que los programas tengan al menos seis escritores como parte de su equipo, con la cuota aumentando de acuerdo al número de episodios. La medida sirve para combatir los llamados “mini-rooms”, que son salas de guionistas de escaso personal, más económicas y que tratan a los escritores como algo desechable. Otro factor que exigieron es un mínimo de 10 semanas de trabajo garantizadas con oportunidad de enviar a los guionistas al set, experiencia que ayuda a las nuevas generaciones a entender más la profesión. Ambas propuestas fueron rechazadas por el AMPTP sin dar una contraoferta.

Estos dos parecen ser los puntos más importantes por el lado del AMPTP, que el pasado 1 de mayo lanzó un comunicado donde afirman que han intentado llegar a un acuerdo, incluyendo “generosos incrementos en las compensaciones”, pero que no podrán hacerlo debido a “la magnitud de las propuestas” del Sindicato de guionistas.

"El sindicato de guionistas no pide prohibir el uso de la inteligencia artificial, pero pidió que no se pueda usar estas herramientas para escribir o reescribir lo que describen como material literario ni que pueda ser usado como material de referencia."

“Los principales puntos conflictivos son la ‘contratación obligatoria’ y la ‘duración del empleo’, es decir, las propuestas del sector que obligarían a una empresa a contratar a un determinado número de guionistas durante un periodo de tiempo determinado, independientemente de que se necesiten o no”, señalaron.

A pesar de esto, aseguraron que todavía buscan llegar a un acuerdo “mutuamente beneficioso” para “la salud y longevidad de la industria”, así que para evitar dificultades a los miles de empleados que dependen de la misma para su sustento”.

En cambio, representantes de la WGA consideraron que la mayor dificultad de la negociación es que las compañías no quieren hablar de los problemas principales. “Hubo otros ámbitos de negociación en los que pudimos avanzar, pero las empresas nos pusieron trabas en cuestiones muy importantes. No querían hablar de ellos”, afirmó a Deadline David A. Goodman, copresidente del comité de negociación del Sindicato de Guionistas. Con diferencias tan grandes, y sin solución en el horizonte, la huelga continúa.

Detrás de cada huelga hay un asunto humano. En el caso de los guionistas, hay quienes años atrás empezaron desde abajo y, al día de hoy, tienen éxito. Bob Odenkirk, famoso por su rol como el abogado Saul Goodman en las series “Breaking Bad” y “Better Call Saul”, participó en una de las medidas de protesta de los escritores en los años 80, tal y como se aprecia en una foto difundida en Twitter (él también es guionista). En situación similar está Steve Maeda, actual showrunner de “One Piece”, quien participó en la huelga de 2007-2008.

¿Qué tan grave es la situación del guionista estadounidense? Un artículo del New Yorker, apropiadamente titulado “¿Por qué los escritores de TV son tan miserables?”, pone como ejemplo el caso de Alex O’Keefe, guionista de la aclamada serie “The Bear” (FX), quien escribió la serie desde un pequeño departamento en Nueva York sin calefacción y, a veces, sin electricidad. Tuvo que trabajar en la biblioteca para colgarse del WiFi.

“’The Bear’ ganó el Premio WGA a Mejor serie de comedia. O’Keefe fue a la ceremonia con una cuenta de banco en negativo y una corbata de moño que compró a crédito. Ahora está postulando a trabajos en salas de cines para prepararse para una posible huelga”, indicó el sitio web.

Los guionistas, además de buscar nuevos trabajos mientras dure la huelga, llevan a cabo los plantones. De manera organizada, y en todo el país, sus integrantes se ubican frente a los grandes estudios con sus pancartas, donde las palabras “huelga” y “escritores” se leen en letras grandes. Algunas son pancartas de la huelga pasada. Sin ellos no hay series ni películas, premisa que podría motivar una serie de drama o comedia; tal vez ambas cosas a la vez. Contra lo que se suele decir en el negocio sobre las series más atractivas, esta historia no se escribe sola.