Durante la boda de Edison Flores y Ana Siucho, el sacerdote contó una anécdota futbolística que implicó al jugador argentino Alberto Tarantini. Fotos: El Comercio/ AFP.
Durante la boda de Edison Flores y Ana Siucho, el sacerdote contó una anécdota futbolística que implicó al jugador argentino Alberto Tarantini. Fotos: El Comercio/ AFP.
Redacción TV+

“Las eliminatorios comienzan en unos meses, pero para vosotros ya comenzó el partido”. Las palabras del Pablo Larrán, quien se encargó de unir en matrimonio a y , estuvieron llenas de referencias al fútbol. No obstante, la llamada ‘boda del año’ incluyó algo más.

La historia de Víctor Dell’Aquila

En los primeros minutos de la boda, el padre Larrán contó una anécdota que relacionó al hecho de que ambos deben mantener su matrimonio con esfuerzo; aunque en el proceso se topen con dificultades.

“Yo quería contarles rapidito una historia, sucedió en junio de 1978, ustedes no habían nacido ni con mucho. En el Estadio Monumental, no el que vamos a ir ahora, sino el de Argentina. Ese día Argentina (jugó contra Holanda)... ustedes de fútbol saben poco, creo (risas). Resulta que el árbitro pita el final. Y en ese momento uno de los jugadores, (Alberto) Tarantini, se arrodilla, se persigna, da gracias a Dios (por la victoria)”, comenzó el padre.

Pero la historia continuó en el matrimonio de Edison Flores y Ana Siucho. “(Tarantini) va a donde (Ubaldo) Fillol, el portero; se abrazan. Abrazados los dos, sienten que hay alguien detrás de ellos. Se llama Víctor. Víctor los abraza a ambos. Son campeones del mundo. Víctor no tiene brazos”, dijo el padre Pablo Larrán.

Una vida dedicada a luchar

La historia de Víctor Dell’Aquila comenzó en 1968, cuando con los 12 años recién cumplidos el entonces púber subió a un poste de alta tensión, algo que ya había hecho sin dificultades en varias oportunidades. Solo que aquella vez sería diferente.

Como detalla la web argentina , Víctor perdió el equilibrio y para no caer al suelo se sujetó de un cable de alta tensión. La electricidad le perjudicó los brazos de manera irreparable y, para salvarle la vida, el médico debió amputárselos.

“¿Para qué me deja vivir?”, le dijo Víctor a su médico. “Vos le tenés que devolver la vida a tu vieja”, fue la respuesta. Y desde entonces, con dificultades pero con el amor de su familia, Víctor empezó un duro proceso de rehabilitación pues, además de perder las extremidades inferiores, tuvo comprometidas las piernas.

Los años pasan, pero Víctor Dell’Aquila sigue apoyando a su selección.

La foto histórica

Durante esos 10 años Víctor aprendió a desenvolverse sin sus brazos en varias actividades, entre ellas el fútbol. Pero además de jugarlo, asistía a encuentros e incluso se volvió amigo de jugadores, quienes lo dejaban entrar a los camerinos.

Víctor, aquel día de 1978 en que Argentina derrotó a Holanda, trepó la valla de seguridad. Al acercarse a los jugadores abrazados, las mangas de su chompa se inclinaron hacia adelante como si él también quisiera unirse a ellos, entrelazarse.

Ricardo Alfieri, quien sacó la fotografía, le regaló una copia dedicada a Dell’Aquila, quien luego de ese partido histórico siguió con su vida, formó una familia e incluso recreó el momento icónico del “abrazo del alma” con los otros dos protagonistas:

De regreso en la boda de Edison Flores y Ana Siucho, el padre Larrán dijo que, así como una copa del mundo no se levanta con brazos, sino con el alma; la reciente pareja de casados debe hacer lo mismo con su matrimonio. Levantarlo con el alma.

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