Natacha, el rol que le dio fama a Ofelia Lazo. Repasamos sus personajes. (Foto: Arkiv Perú/ Archivo GEC)
Ofelia Lazo
Redacción EC

Encontró su vocación por casualidad. Cursaba los primeros días de estudios de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de San Marcos, allá por la década del sesenta, cuando vio un anuncio que invitaba a participar de los talleres de teatro. Su curiosidad la llevó a inscribirse y su talento a hacer una carrera en el arte.

Si bien llegó a graduarse como economista, Ofelia Lazo guardó su título para siempre. Al terminar la carrera empezó a girar con el grupo Histrión y a participar en diversos montajes. Sería sobre las tablas que desarrollaría algunos de los personajes que más atesoró. En las entrevistas que ofreció siempre destacaba “Cartas de una monja portuguesa”, que le dio la oportunidad de presentarse en escenarios de España. Sería la TV, sin embargo, la que le permitiría llegar a las grandes audiencias, aunque también la que le daría sus primeras frustraciones profesionales.

La versión original de la telenovela “Natacha”, que se estrenó en la década del 70 y que rivalizó en popularidad con la también legendaria “Simplemente María”, es la más recordada de su trabajo en la pantalla chica. E incluso en el cine, pues tuvo una adaptación que fue un éxito en Venezuela, Puerto Rico y que motivó giras por Estados Unidos, y también presentaciones en el Festival de Cine de Moscú y Cartagena. Pero- pese a lo que muchos podrían haber imaginado- el trabajo detrás de cámaras no fue de su satisfacción.

En el 2013, en diálogo con Raúl Tola en el programa “Casa Tomada” de TV Perú, la actriz contó que grabó “con mucha tensión” y que solía enfrentarse al director Alberto Terry. “Él tenía su carácter y yo también tenía el mío. Chocamos por cosas que a mí parecían injustas. Yo me peleaba por lo que creía y casi renuncié a la telenovela”, relató.

CRÍTICA DEL FORMATO EMBLEMA, EL MELODRAMA

Ofelia Lazo explicó que, si bien ganó reconocimiento en las calles por “Natacha”, no era algo que disfrutaba y que tampoco le era grato lo que le ofrecían las telenovelas a nivel actoral.

“Después de hacer ‘Natacha’, hicimos novelas de 3 meses, 2 meses. Yo hice varias novelitas, pero llegó un momento en el que me dije: ‘¿Qué va a pasar conmigo?, ¿voy a seguir haciendo telenovelas, diciendo estas mismas cosas? ¡No me gusta!’. Estaba un poco descontenta, me dejó así la reiteración en los temas (de los melodramas)", explicó. “No había mayor incentivo para mejor en lo actoral. Todos eran cuentitos de ‘Cenicienta’, la niñita que se enamora del muchacho rico, escasamente encontrabas un buen texto. Yo me cansé de eso, me preguntaba hasta cuándo voy a tener que repetir y repetir estas novelitas. Apenas tuve la oportunidad, me fui a los EE.UU.”, recordó en el citado programa. Y así lo hizo.

Con el mismo ímpetu con el que se matriculó a un taller de actuación en la universidad, Ofelia Lazo partió a la incertidumbre de empezar una vida de cero en Nueva York. Llegó sin intenciones de estudiar teatro, solo quería conocer el mundo. Trabajó como vendedora en diferentes tiendas y, pese a tener solo visa de turista, empezó a llevar cursos de idiomas, hasta que la llamaron de uno de los lugares en los que estudiaba y le ofrecieron quedarse como profesora de español.

UNA NUEVA GENERACIÓN

Al volver al Perú, participó de hoy icónicas ficciones de la TV peruana: “Los de arriba y los de abajo” y “Tribus de la calle”.

En su carrera nunca priorizó la pantalla chica y por eso se mostró más activa luego en el teatro, donde tuvo como principal colaborador al director y actor argentino Osvaldo Cattone. Sin embargo, en 2012 recibió una tentadora oferta: volver a actuar en TV para la serie líder de la sintonía: “Al fondo hay sitio”.

En el programa le dio vida a Chabela Pampañaupa, quien junto a Tulio Loza, marcó un giro en la narración: eran los verdaderos padres de Isabela Maldini, la ‘pituquísima’ limeña interpretada por Karina Calmet, quien debía -con ellos- enfrentarse a sus verdaderos orígenes.

Aunque la experiencia le permitió reencontrarse con colegas que conocía y estimaba como Irma Maury y Mónica Sánchez, decidió no continuar en la historia y hasta sugirió la muerte de su personaje.

Al anunciar su decisión de retirarse, en una entrevista con “Perú 21”, Ofelia Lazo dijo: “Solo quiero que las personas valoren mi trabajo y se acuerden de algunos de mis personajes, eso a mí me emociona y es lo más bonito. Que me recuerden por lo que hice por el arte de mi Perú.”



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