Estoy lista para contarles esto: cuando una anda sola en casa, se siente en libertad de caminar en toalla o como vino al mundo. Seguro a alguna de ustedes le pasa lo mismo. Pues en una de esas interrupciones a mi intimidad, mi hija entra al baño y me encuentra sin ropa:
–Mamá, pobre, qué asco tus tetas, las tienes caídas.
Pum.
–Sí, pues, Anto, así es la vida, después de tener hijos se caen un poco –le decía tratando de justificar el paso de la vida en mi cuerpo, mi envoltorio y de cómo este se ve– pero no hay que darle importancia.
–¡Cómo! Ni muerta entonces tengo hijos! –me decía– si me van a quedar así las tetas, no.
Sinceramente la crudeza de su comentario me despertó entre risas y pena por mí. Nunca tuve grandes las tetas, ni muy paradas ni muy generosas. La única vez fue cuando salí embarazada de mi primer hijo y entonces engordé como 20 kilos, 8 en cada teta. Tuve que cambiar como 4 o 5 veces de sostén.
Ahora que el asunto es absolutamente el contrario (no tengo nada), pensaba qué pasa con las chicas que tienen el mismo problema que yo, y que buscan una solución. ¿Qué usan cuando les faltan?
Pues, caí por Leonisa el otro día en busca de un nuevo sostén negro que tenga copa (se me dio por usar un tiempo sostenes sin copas, puro encaje o no usar) para las situaciones donde quiero que se me vea algo diferente a plana.
Lo que encontré fue una locura y además me distrajo de mi objetivo final. Me topé con ropa interior con relleno en los glúteos. Oh sí, la verdad es que me quedé estupefacta al probármela.
De pronto tenía poto. De pronto me emocioné y me tomé una foto con y sin la pieza con prótesis de algodón. La colgué en mis redes sociales: fue un éxito porque la gente alucinó con el efecto potenciador de nalgas, me preguntaron dónde encontrarlo, sobre su precio, tallas, etc.
La verdad la pensé varias veces: en realidad, ¿me pondría un poto que no es mío? ¿Para qué?¿ A quién le quiero demostrar que tengo más curvas? ¿Aunque sean falsas? Luego dejé el lado moralista que a veces aflora en mí y me di cuenta de que en general la ropa es un arma poderosa de camuflaje: sirve para enaltecer nuestros puntos favorables y esconder lo que no nos gusta de nosotras. Finalmente si todo esto solo apunta a generar autoestima, a mejorarla, pues entonces es válido cada uno de esos trucos que nos permiten sentirnos más bonitas.
En cuestión de sostenes, el asunto es un tormento: si no conocemos bien nuestra talla, estaremos en severos problemas entremezclados con severas frustraciones. Para medir las tetas y saber la talla correcta existen numerosos trucos, pero es indispensable considerar lo siguiente que leí en un artículo de moda local:
1. Casi todo los sostenes tienen 3 filas de broches, prueba con el del centro: si no hace pliegues o aprieta, está bien.
2. La parte de la espalda no debe quedar o trepar por encima de la altura de tu pecho.
3. Tu sostén no debe permitir que te queden marcas en el contorno.
4. Si no tienes mucho busto, puedes usar desde modelos halter hasta con aros; en cambio, si tienes mucho, necesitas que no pierdan su forma y verdadero soporte.
Así que atención a los consejos y a mantenernos cómodas y dignas, y básicamente buscar siempre la forma de vernos bien, sintiéndonos bien.