Fabio acaba de cumplir dos años y ha llegado el momento de iniciar el Vía Crucis de moda: lograr una vacante para un colegio. No ingresará a primer grado hasta el 2020, pero ya en el 2015 tengo que estar barajando nombres. Una locura considerando que hay más colegios ahora que en mi época. Pero todos dicen que el proceso de admisión está muy difícil. Una vez más ratifico que todo en el Perú es complicado.
Así que acá me tienen haciendo mi tarea. Lo primero es descartar los colegios exclusivos para hombres. No tengo nada en contra de ellos, pero prefiero que Fabio se dé cuenta -desde chiquitoque al margen de las diferencias físicas, niñas y niños son iguales. Que no importa el género para que alguien sea miedoso, aburrido, asustadizo, bruto, inteligente, flojo, con mamitis, gracioso, aburrido, malcriado, avezado.
Tampoco quiero que vaya a un colegio católico. No porque sea agnóstica, al contrario, soy católica y muy creyente pero conozco a tanta gente que reniega luego de recibir su educación en un colegio de la Iglesia que creo que es mejor que yo misma le presente a la Iglesia Católica inteligente que conocí de niña
Después viene la ubicación. Creo que debe estar en un distrito colindante con el nuestro porque si no, el pobre Fabio tendrá que sufrir levantándose junto conmigo a las 4 de la madrugada para bañarse, desayunar, esperar la movilidad y atravesar la ciudad en hora punta. Hasta el momento todo indica que el tráfico en la ciudad será cada vez peor.
El bolsillo es otro factor importante. Es increíble que existan colegios que cobren quince mil dólares al año por educar a nuestros hijos. Me pregunto cómo haría si tuviera otro hijo. Es algo que aún no tengo definido pero si me animo, ¿tendría que destinar 30 mil dólares al año solo para el pago de una pensión escolar? Ahí la lista se va achicando.
El Ministerio de Educación prohibió que los niños sean evaluados porque algunos papás empezaron a enviar a sus hijos de tres años a tomar clases particulares para que estuvieran listos para las pruebas. Pobres criaturas, ¡qué estrés! Pero ahora debes acampar desde la madrugada en los alrededores del colegio, porque a veces el ingreso depende de la hora de llegada a la entrevista. No es broma lo de las carpas. En otros centros se ha optado por tomar examen a los padres. Sí, de conocimiento. Me muero.
Descubro que además hay que tener mucha suerte con las fechas de admisión. Por ejemplo si el colegio A, que está primero en tu lista, se demora en responder y en la espera el colegio B te acepta, ¿separas la vacante? Ojo que para hacerlo hay que pagar varios miles de soles. Si por asegurarte pagas y el colegio A también te acepta, el B no te devuelve el dinero. Indecopi nunca ha intervenido, pero creo que es abusivo pagar por un servicio que no has usado.
Tampoco hay que olvidarse del tema emocional y académico. He escuchado cosas tan opuestas de un mismo colegio que estoy confundida. Por un lado me dicen tal colegio prepara a los niños para ser como robots y por el otro que es el mejor. Que aquel colegio se preocupa por acompañar al alumno en todos sus procesos y justo ese día conozco a una ex profesora que me contó que renunció porque los profesores eran indiferentes.
También me aconsejan optar por los colegios llamados experimentales, que no tienen el sistema tradicional de evaluación ni un horario por materias. Pero otros me dicen que esas escuelas van a desordenar al niño y que no lo van a preparar para la vida real.
Así las cosas, tengo cinco alternativas. Podría definirme por mi colegio, pues por ser ex alumna tengo preferencia de vacante, pero ahora lo que corresponde es analizar cada propuesta.
Estoy pensando que la mejor enseñanza que podría recibir Fabio es que uno no debe dejarse llevar por modas. La mejor educación siempre viene de casa.