Alberto Revoredo
Llegar hasta allá es sin duda parte de la experiencia. Nos levantamos muy temprano a esperar la camioneta 4x4 que nos llevará hasta el punto de embarque, en Ciudad de Panamá. Otro tipo de vehículo puede quedar atascado en la última parte de la ruta. La noche anterior compramos provisiones en el centro, ya que las islas donde vamos son casi desérticas. Un cooler con agua, cerveza y enlatados, cual campamento adolescente, será de gran ayuda.
La carretera asfaltada está bastante bien hasta el ingreso al territorio de los indios guna. Lo más seguro es contratar un vehículo de agencia, que tiene un precio de alrededor de US$30 por persona. El clima se vuelve húmedo y templado conforme se atraviesa la cordillera hasta la costa de Cartí. El viaje hasta este punto toma tres horas aproximadamente. Desde allí subimos a un bote hasta el archipiélago de San Blas, un conjunto de 365 pequeñas islas e islotes, salpicados a los largo de 200 kilómetros de la costa panameña. El ingreso a la comarca Guna Yala cuesta US$10, y el bote entre US$25 y US$30, dependiendo de la isla a la que se escoja ir. La otra opción es tomar un vuelo de 30 minutos desde el aeropuerto local de Albrook hasta la isla “El Porvenir”. Y claro, si el dinero no es problema, puedes llegar también por mar, a bordo de una embarcación con permiso para surcar las costas caribeñas de este país.
Nosotros surcamos el mar en nuestro pequeño bote y, tras solo unos minutos, comenzamos a divisar las islas pequeñas. Es mejor armarse de paciencia y disfrutar del paisaje, del viento en la cara, y del poder hipnótico del océano.
PARAÍSO NATURAL
San Blas no es un destino para quienes buscan las comodidades de los ya clásicos ‘All-inclusive’, sino una alternativa para viajeros más aventureros, interesados en un contacto más cercano con la naturaleza y las raíces de un pueblo tradicionalista y tribal.
La isla donde pasaremos la noche es pequeña y se recorre en minutos. Nos sugieren alquilar una lancha para visitar otras islillas y eso hacemos. ¿Qué llevar? Una máscara, esnórquel y aletas. No es necesario ingresar a las profundidades para encontrar un imponente paisaje marino. Existe, incluso, un barco hundido cerca de la isla Perro, con un gran escenario para los buceadores.
Sobre una hamaca, en la penumbra, podemos observar cómo la noche abre paso a las estrellas y a la brisa. La isla despliega una energía distinta, llena de misterio y quietud. Son apenas las 9 p.m. y ya no se escucha ninguna voz. Todos duermen temprano para iniciar los recorridos por la mañana.
BAJO EL SOL
Las playas de arena blanca, agua transparente, arrecifes y abundantes cocoteros son la principal atracción de San Blas. La población guna, compuesta por cerca de 34.000 habitantes se rige independientemente. Ellos habitan 36 de las islas, las administran y viven en pequeñas chozas de paja. Son pescadores por tradición e improvisados operadores turísticos por conveniencia. Lo interesante de su cultura se ve reflejado en su artesanía y textilería: producen llamativos y coloridos diseños.
Muchos de sus pobladores hablan español, pero se comunican entre ellos en su propia lengua, el dule gaya; clave para entender a esta comarca que se autogobierna bajo sus propias leyes.
En San Blas no hay hoteles de cadenas internacionales porque los aldeanos no permiten a los extranjeros comprar sus tierras. Lo que sí hay son albergues administrados por las personas locales. Dos destacados por la amabilidad de sus anfi Triones y por la rusticidad de sus instalaciones son Sapibenega The Kuna Lodge y Yandup Island Lodge. Se llega a ellos desde Ukupseni o Playa Chico. Otras opciones para hospedarse son llevar una carpa o alojarse en cabañas de caña y pencas. Optamos por la segunda.
Aquí lo ideal es tomarse el tiempo para elegir bien la isla que mejor cumpla con tus expectativas. Las hay desde las más visitadas por turistas, como Aguja o Iguana, ambas con luz eléctrica generada por un grupo electrógeno, reserva de agua dulce, comedor, baños y duchas. Además, tienen pequeños espacios recreativos para practicar vóley, fútbol playa, o hacer fogatas. Encontrarás almuerzos preparados por los lugareños, con platos muy básicos que van desde los US$10 a US$18. Otros islotes, como Anzuelo, Bidirdub o el Perro se conservan en su estado original, ofreciendo mayor paz y tranquilidad. En sus aguas hallarás tortugas marinas y estrellas de mar. Lo que encontrarás en todo el archipiélago es la naturalidad propia de un destino que tiene mucho por explorar.
VIAJA A PANAMÁ
Viajes Falabella cuenta con un paquete a Panamá y Punta Cana desde S/. 2,967 que incluye pasaje aéreo Lima-Punta Cana-Panamá- Lima, vía Copa. Sistema todo incluido por 6 días / 5 noches. Tres noches de alojamiento en Punta Cana y dos noches en Panamá. La vigencia del viaje es del 1 de setiembre al 31 de octubre.
Por otro lado, Despegar.com cuenta con paquetes desde S/. 1,214 por persona vía Avianca con salida el 1 de agosto y retorno el 5 de agosto o con salida el 12 de agosto y retorno el 16 del mismo mes. Incluye alojamiento y boleto aéreo.
Finalmente, Nuevo Mundo Viajes ofrece paquetes desde S/.1, 597 a la ciudad de Panamá con boleto aéreo, traslados, tres noches de alojamiento y desayunos incluidos. Para más información ingresa a su web.