La naturaleza es una constante fuente de atractivos turísticos alrededor del mundo. Glaciares, cataratas, océanos y demás son aprovechados por los países para llamar la atención de los viajeros y motivarlos a visitar sus tierras.
En Isla María en Tasmania, una de sus atracciones turísticas más famosas nace gracias a la naturaleza: los acantilados pintados. Su formación se debe a procesos como la filtración de aguas subterráneas, oxidación de minerales y erosión de rocas, generando hermosas formas y colores únicos en las paredes del acantilado.
Adicional a los colores, en toda la superficie se pueden encontrar partes con una apariencia similar a la de un panal de abejas gracias a la acción de la espuma del mar. Eso le da a las paredes de piedra una textura peculiar.
Conoce más de estos acantilados pintados en nuestra galería.