La plataforma de reserva de habitaciones, apartamentos y casas se lanzó en el mercado de China en 2016, para atraer a los turistas chinos que viajan al extranjero y también para desarrollar una oferta de alojamiento en el país.
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Desde entonces, más de 25 millones de personas han visitado viviendas asociadas, pero la actividad local siempre ha sido costosa y compleja de gestionar, según la fuente. Y el COVID-19 no ayudó en nada. Estas estancias en China han representado solo alrededor del 1% de los ingresos del grupo en los últimos años.
A diferencia de otras economías importantes, China sigue una política estricta de “covid cero”, que consiste en aislar las fuentes de contaminación para detener la propagación del virus.
Shanghái, por ejemplo, vive un estricto confinamiento desde abril, con la prohibición de salir de casa en gran parte de la ciudad, privando a muchas personas del acceso adecuado a la atención médica y a la alimentación.
Airbnb se negó a comentar sobre esta información.