Aruba es diferente al resto del Caribe. Es una isla de belleza salvaje, que combina el desierto árido con aguas cristalinas. Aguas que, según la zona donde te encuentres, se forman siete tonalidades de azul. Sin embargo, Aruba es más que eso. Es una mezcla de culturas y lenguas. De belleza y diversión.
Al bajar del avión, la primera palabra que escucharás es Bonbini, bienvenido en papiamento (idioma nativo de la isla). Y es que los arubianos son personas muy amables y orgullosas de sus costumbres. No en vano, según información de la ATA (Autoridad de Turismo de Aruba), el 60% de los visitantes regresa a la isla, la respuesta de los que vuelven es sencilla: por su gente. De ahí se desprende el famoso dicho “no hay arubiano malo”. Un dato adicional: los locales hablan nada menos que cuatro idiomas (inglés, español, papiamento y holandés, estas dos últimas, lenguas oficiales).
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