A sus 55 años, Denisse Dibós ha logrado forjar una exitosa trayectoria artística que la ha convertido en la mujer que es hoy. Su audacia y pasión por el arte la llevaron a liderar y participar en múltiples producciones en teatro, TV, cine y todo lo que despertara en ella ese espíritu rebelde y creativo que la impulsa siempre a ir más allá. Pero no todo ha sido color de rosa. Hace unos años, le tocó enfrentar con valentía una enfermedad silenciosa que tras mantenerse al acecho de sus hermanas, llegó sin avisar a su vida y se convirtió en su más grande lucha: el cáncer de mama. Este tipo de cáncer ataca agresivamente a 7 mil mujeres peruanas al año y mata a más del 25% de ellas, según estadísticas de la Liga Contra el Cáncer. Después de librar una batalla contra esta enfermedad y una pandemia, Dibós regresa feliz a los escenarios para seguir haciendo lo que más le gusta: puro arte.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, la artista peruana reflexiona sobre los momentos más oscuros de su vida, la importancia de una red de apoyo y sus nuevos proyectos, que la llenan de ilusión y vida.
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—Denisse, el teatro presencial regresa a los escenarios y tú también. ¿Cómo te sientes al volver a experimentar la libertad como artista?
Nosotros como artistas siempre nos apasionamos en cada proyecto. Somos apasionados por lo que hacemos. Porque los que nos dedicamos a esto pasamos un gran tiempo de nuestras vidas preparándonos y lo hacemos por amor a nuestra profesión. Es apasionante, es como empezar de cero. Hasta es como un parto hacer una obra (ríe). Siempre hay esa emoción de dar a luz un nuevo proyecto y volver a empezar. Esa emoción no se pierde, gracias a dios.
—Regresas a los escenarios con “Tiempos Mejores”, una obra muy emocional y familiar que recién ve la luz de los escenarios. Cuéntanos más sobre ella.
Esta es la primera vez que la presentamos de forma presencial, porque la hicimos online por la pandemia, en una versión distinta para streaming. Ahora, por primera vez, la presentamos en vivo bajo la dirección de nuestro maestro Roberto Ángel. Estoy contenta, porque es una obra que toca temas muy relevantes de todos los tiempos. Es atemporal porque toca temas que se esconden bajo la alfombra como si fueran polvo, se convierten en basura y hasta pueden salir sapos y culebras de ahí si no se tratan a tiempo. Son secretos de familia, heridas del pasado que no han sanado por la falta de atención de los padres a los hijos. Es un tema que me mueve mucho como madre, pero también como alumna por mi maestro con quien vuelvo al teatro después de tanto tiempo en pandemia.
—Como mencionas, “Tiempos mejores” habla de las dificultades en la vida. Me imagino que uno de los momentos más oscuros en la tuya fue cuando te detectaron cáncer de mama...
Definitivamente. La batalla más fuerte y dura de llevar fue el cáncer de mama. Vengo de una familia numerosa. Somos 10 hermanos y de esos, 7 somos mujeres y 3 de nosotras tuvimos cáncer de mama. La primera fue mi hermana Solange cuando tenía 38 años. Luchó una batalla durísima todo un año y falleció. Su diagnóstico fue dado muy tarde cuando ella ya sentía mucho dolor. Esa noticia tan dura y triste para mi familia, una experiencia tan traumática y dolorosa, nos llevó a todas las mujeres en mi familia a tener mucha más conciencia de la prevención. Por eso, mi otra hermana, Betina, ha cumplido 7 años desde que libró la batalla y está feliz. Es mi heroína.
—Durísimo. ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando supiste que lo tenías?
Cuando te dan la noticia es como un shock. Un shock emocional y físico. Yo decía “No, se deben haber equivocado, no me puede estar pasando esto”. Y como vengo de una familia de siete mujeres, “¿3 con cáncer de mama? imposible”, me dije. Entré en una especie de negación como mecanismo de defensa ante una amenaza tan fuerte en mi vida, tanto así que lo primero que le dije al doctor fue “Ah sí, qué duro, pero ¿puedo trabajar?”. Y el doctor me miró y me dijo “Pero señora, tiene cáncer. Tenemos que programar sus operaciones cuanto antes”. En mi caso, tuve dos tumores, así que al final tuvimos que hacer una operación tras la otra y por el tipo de tumor que tenía, la edad y todo el preexistente; lo mejor fue hacer radioterapia de frente y quimioterapia oral (una pastilla al día) por 10 años.
—Rodar novelas, producir obras de teatro, criar una hija y encima tener que luchar contra el cáncer debe haber sido muy complicado. ¿Cómo lograste sobrellevar todo?
Justo había firmado un contrato para la novela “Te volveré a encontrar” y cuando pasó eso, dije “¿Qué voy a hacer?”, pero como no tuve que hacer la quimioterapia en ese momento, que hubiera significado la pérdida del pelo y complicar las grabaciones, fue positivo para mi trabajo. Lo que sí fue muy duro, fue hacer la radioterapia, porque te agota. Entras a esa máquina y no sientes nada, pero cuando llegas a casa estás muerta, como si te hubiera pasado un tractor encima del cuerpo. Pero a la vez, tenía esta energía maravillosa de tener que levantarme tempranito, dejar a mi hija en el colegio e inmediatamente irme al set de grabación y no volver hasta las 7 de la noche todos los días. Por suerte, tenía el cariño de mi hijita, con sus risas, con sus dibujitos en los que ponía “Ya falta un día menos” en un calendario donde ponía checks, caritas felices, corazones y flores. Fue bien fuerte, pero a la vez fue lo que me ayudó a salir de este shock más rápido. A ponerme las pilas y decir “Ok, me tocó. Ya lloré, ya me golpeó. Ya sé el miedo que invade y lo terrible que puede hacer sentir, pero ya pasó. Ahora tengo que aceptarlo, hacerlo parte de mi historia y seguir con mi vida pero con más valentía y fuerza que nunca”.
—Hacer de tu debilidad, tu fortaleza…
¡Así es! Convertir esas debilidades que tenemos en fortalezas. Tienes un tema que te ha hecho tocar fondo, pero también te hace levantar la cabeza para volver a recuperar todas tus piezas, ponerte de pie y volver a caminar. Todas esas cicatrices en el corazón y en tu cuerpo las puedes pegar tú mismo. Es decir ‘Ok, recojo todas mis piezas con amor, las acepto y ahora las convierto en mi fortaleza’.
—Muchas mujeres del medio artístico como Anahí de Cárdenas o Natalia Salas empezaron a hablar sobre sus propias luchas contra el cáncer. ¿Por qué es tan importante alzar la voz y hablar de esto?
Porque otras pueden sentirse apoyadas. No es maravilloso, no quiero que le dé a nadie. ¡Dios, no! Pero si te da, es importante extender tu mano hacia el otro, a quien pueda necesitar tu ayuda, tu consejos, tu testimonio. Decirle: no eres la única, esto me pasó a mi. Esto le pasa a miles de mujeres. En mi caso, yo quiero llamar la atención de todas y todos para tomar conciencia sobre la importancia de la prevención. Más que preocuparnos, hay que ocuparnos de este tema.
—El chequeo preventivo fue clave para ti y es en lo que te enfocas como embajadora de la campaña “El Rostro del Cáncer” de la Liga Contra el Cáncer.
Así es. Me siento honrada y bendecida de ser vocera de una campaña como esta porque creo que esta toma de conciencia es lo que nos falta. No me voy a cansar de decirle a todas esas mujeres que realmente sean conscientes y hagan estos exámenes a tiempo, todos los años, por más que no sientan nada. El cáncer es una enfermedad silenciosa. Así que, por lo menos, una vez al año deben ir al ginecólogo o mastólogo y hacerse esos chequeos para que, si acaso hubiera algo, se pueda detectar a tiempo y así el tratamiento sea más exitoso. Tendrán muchas más posibilidades de sobrevivir. Mientras más temprano lo puedan hacer, lo más probable es que dentro de unos años estén como yo: sonriendo, agradeciendo, feliz de la vida de estar dejándolo atrás como parte del pasado.
SOBRE LA CAMPAÑA “EL ROSTRO DEL CÁNCER DE MAMA”
La Liga Contra el Cáncer, lanza la campaña “El Rostro del Cáncer” con la cual busca mostrar la verdadera cara del cáncer de mama, haciendo tomar conciencia a la población de que cualquier persona puede padecer de esta enfermedad y solo tomando acción se puede detectar a tiempo, a través de un chequeo preventivo.
Durante el mes de octubre se realizarán diferentes acciones, entre ellas:
- CAMPAÑA DE DESPISTAJES CLÍNICOS: de cáncer de mama, ganglios, piel, tiroides y cuello uterino en sus Centros Detectores ubicados en Pueblo Libre (Av. Brasil 2746) y Cercado de Lima (Av. Nicolás de Piérola 727), por una donación de 35 soles.
- Cabe resaltar que, por cada chequeo que se realiza en los centros detectores una persona es atendida gratuitamente en una de sus unidades móviles, las cuales recorren las zonas más vulnerables del país los 365 días del año.
- DONACIÓN a través de YAPE al número 955916736, PLIN al 988562293 o ingresando a la misma página web www.elrostrodelcancerdemama.com
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