En el trabajo no estás sola, hay personas que laboran en tu misma área y con las que tienes que aprender a convivir. La tolerancia es clave cuando se trata de interactuar con otros, pero nunca faltan quienes sobrepasan los límites.
Considera que, aunque seas la jefa, siempre debes respetar los derechos de tus compañeros de trabajo y no aprovecharte de las situaciones para tu beneficio. Si alguna de estas actitudes son parte de tu comportamiento en la oficina, la gente podría empezar a alejarse de ti.
1. Llevarte el crédito
Si estás a cargo de un equipo de trabajo, nada te da el derecho de presentar como tuyas las ideas que nacieron en reuniones o conversaciones donde todos participaron. Por el contrario, debes reconocer el esfuerzo de los demás y felicitarlos por sus ideas.
2. Comer frente a la computadora
Es aceptable comer uno que otro snack o tener tu taza con agua para beber durante el día. Pero lo que sí molesta a los demás es que comas alimentos con olores fuertes, hagas bulla al abrir tu botella de gaseosa o te alimentes ruidosamente mientras todos están trabajando a tu alrededor.
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3. Tener un escritorio desordenado
Puedes pensar que tu desorden no afecta a los demás y te decimos que te equivocas, especialmente si compartes espacio. Un lugar de trabajo desordenado da una mala impresión de ti misma e incomoda a los demás cuando tus pertenencias terminan en su lado de la mesa.
4. Llamar la atención a alguien en voz alta
Estar al mando implica resondrar a alguna persona que haya cometido una falta. Sin embargo, es mejor que lo hagas en privado para no avergonzar al trabajador frente a sus compañeros o quedar como una jefa prepotente que quiere figurar.
5. Hablar demasiado fuerte
Si en tu trabajo necesitas estar pendiente del teléfono, modera el volumen de tu voz al responderlo, pues los ruidos fuertes desconcentran a los demás. Lo mismo a la hora de conversar con tus compañeros, las risas estruendosas son molestas.
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6. No aceptar tus errores
Errar es humano y hay que aprender a aceptar las culpas. Si tu equivocación ocasionó un desbarajuste en el trabajo, lo mejor que puedes hacer es atenerte a las consecuencias y trabajar para enmendar el daño en vez de quedarte callada y que tus compañeros paguen por los platos rotos.
7. Aparecer a trabajar enfermo
Si en verdad te sientes mal o tienes una enfermedad que puede contagiarse fácilmente al resto de compañeros, es recomendable que te quedes en casa. Trabajar al lado de una persona que tose, estornuda o tiene un malestar no es agradable.
8. Acusar a tu compañero con el jefe
No hay nada peor que una persona que “tira dedo” en el trabajo. Nadie querrá volver a reunirse contigo y sentirán desconfianza cada vez que dicen algo cerca de ti, generando incomodidad.
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9. Ser la negativa de la oficina
Sabemos que el estrés y las preocupaciones pueden jugarte una mala pasada, pero no puedes permitir que tu mal estado de ánimo se contagie a los demás. Si te haces la fama de “la negativa” en el trabajo, las personas preferirán no pasar tiempo contigo porque saben que todo lo que saldrá de tu boca son quejas.
10. No cumplir con tus responsabilidades
Realizar las labores que se te asignan, respetar el horario y trabajar según las reglas en la oficina son los puntos clave para la convivencia. Al dejar de cumplir con uno de ellos, no solo tendrás una sanción personal sino que podrías afectar a todos tus compañeros.