Existen numerosas formas de enseñarle una valiosa lección a nuestros hijos, pero muy pocas tienen que ver con sacrificar nuestra propia salud para que el mensaje final tenga un sentido verdadero sobre los pequeños.
Este es el caso de Becky Deas, una mujer británica de 33 años que sufre una extraña enfermedad conocida como el síndrome de Moebius, la cual no le permite controlar las expresiones faciales ni el movimiento de los ojos; es decir, nunca ha sonreído.
"La condición también implica que no puedo controlar mi boca, así que ésta permanece abierta y me decían cosas terribles como cara de pescado. Ésa fue la primer vez que deseé poder sonreír", relató ella al Daily Mail sobre su vida escolar.
En el 2007 dio a luz a su hijo Logan, y hace un año atrás nació su hija Lexi; pero ninguno heredó su condición. Hoy, Becky confiesa que "ve su enfermedad desde otro punto de vista y la considera una herramienta para que sus sus niños aprendan a aceptar las diferencias entre las personas".
"Quizás no soy capaz de sonreír por fuera, pero siempre estoy sonriendo por dentro. Me aseguro de que mis niños sepan cuán feliz me hacen todos los días. No necesito una sonrisa en mi rostro para hacerlo", afirma la madre, quien ha rechazado una operación en el tendón del hombro para "crearle" una sonrisa.