El clima impredecible de la media estación –con mucho sol en algunos días, y otros más bien nublados– hace que cobre importancia el cuidado de la piel, con distintos productos y hábitos en nuestra rutina. En esta época, las personas suelen descuidarse pues hay poca presencia de rayos solares y se cree que el impacto no es tan dañino. Sin embargo, sucede todo lo contrario, ya que el 90% de la radiación UV traspasa las nubes y es igual de peligrosa bajo un cielo despejado de verano. Por ello es necesario el uso de las cremas y protectores solares, incluso en días nublados.
Otros efectos negativos que producen los cambios bruscos de estación son la deshidratación y la mala circulación de la sangre. Los climas muy fríos resecan la piel, y cuando la irrigación superficial está comprimida, es que llega su envejecimiento. En los climas muy cálidos, en cambio, esta se deshidrata y hay hiperoxigenación en los vasos, lo que provoca que se abran los poros.
Nancy Sánchez, endocrinóloga de Biocare Medical, indica que “la piel es el primer órgano que siente los cambios de temperatura y por ello ejerce mecanismos de protección. En invierno se comprimen los vasos sanguíneos para conservar el calor; y en verano, se excreta sudor a través de las glándulas sudoríparas”. La especialista detalla que “en climas fríos podemos emplear productos más ‘pesados’ como cremas; en climas cálidos se utiliza fluidos como emulsiones y geles. Estos deben contener principios activos que vayan de acuerdo al biotipo cutáneo: pieles normales deben contener ácido hialurónico; pieles secas, úrea y ácido hialurónico; y pieles grasas, retinoides que evitan el engrosamiento de la piel”.
Es necesario saber que con el cambio de clima el cuidado de la piel varía. Aquí algunas recomendaciones:
- Buena alimentación.- La doctora Sánchez recomienda, para el verano, el consumo de alimentos frescos que mantendrán un equilibrio térmico. Carbohidratos, grasas y proteínas serán básicos para mantener la salud. Las verduras de hoja verde, el pepino, el pimiento rojo, los arándanos y el pescado son alimentos que tampoco deben faltar en el menú si queremos tener una piel saludable.
- Hidratación.- Una piel hidratada resiste mejor las agresiones climáticas. Se recomienda beber mucho líquido al día en verano. El consumo apropiado de agua también está ligado a la tolerancia del estrés, pues con la deshidratación aumenta la circulación de cortisol y se entra en un círculo vicioso de estrés, ansiedad y hasta decaimiento.
- Tratamientos.- La endocrinóloga sostiene que el hydrafacial es un tratamiento que sirve para fortalecer una buena oxigenación y eliminación de toxinas. Se puede hacer en invierno y verano, inclusive en estaciones de transición como primavera y otoño; limpia, hidrata y nutre a la vez.