Si la dieta no da resultado y el ejercicio no te ayuda en nada en tu afán de perder algo de peso, tal vez el problema esté literalmente en tu mente.
Un estudio realizado en Francia encontró una estrecha relación entre el mal humor y el ganar peso. La investigación señala que entre más hostiles sean las personas, su índice de masa corporal va a aumentar debido al cortisol.
El cortisol es una hormona que segregamos en momentos de tensión o temor y su efecto es estimular el metabolismo de la grasa y los carbohidratos para tener más energía y mantener el nivel de azúcar en la sangre. Al necesitar energía, el cuerpo va a pedir más combustible y, como resultado, tendremos más ganas de comer.
En el estudio participaron 6484 personas entre 35 y 55 años. Ellos fueron sometidos a exámenes físicos y psicológicos al inicio del proceso para determinar su nivel de hostilidad y su índice de Masa Corporal (IMC). Lo primero que encontraron es que los participantes más hostiles tenían el IMC más alto.
En 19 años que duró la observación, el IMC fue evaluado cuatro veces y en todas ellas se mantuvo la relación entre éste y la hostilidad.
¿De qué otras formas el mal humor te afecta negativamente? El estudio también señala que las personas hostiles son menos propensas a seguir una dieta y suelen deprimirse más, lo que aumenta el consumo de alimentos.
Ahora que ya conoces otro beneficio más de ver la vida en positivo, ¿qué esperas para decidir ser más feliz?