Este sábado 6 de mayo, el Callao se puso elegante. La zona monumental fue el escenario de varios desfiles de firmas y diseñadores peruanos que mostraron lo nuevo que llega esta temporada invernal. García-Morilo, el atelier de la diseñadora peruana Elida Morillo, fue el encargado de cerrar un día de pura moda y lo hizo a lo grande. Con un desfile de 32 looks inspirado en los años ochenta, la creativa peruana demostró lo que muchos a veces olvidan: la moda es una herramienta para soñar.
Alrededor de las 8:30 p.m., uno de los edificios más emblemáticos del Monumental Callao se iluminaba. Por dentro, la decoración nos llevaba en un viaje a los ochenta: bolas de disco, cintillos plateados y colores impactantes. En el fondo sonaba Michael Jackson y los invitados llegaban acorde al estilo: maquillaje en tono fucsia o azul, looks metálicos o de colores y cabellos batidos por doquier. Un viaje al pasado.
Justamente esa fue la inspiración detrás del desfile y la colección de Morillo, quien buscaba retratar una fiesta de ballroom de los años 80. “Crecí romantizando los ochenta por mis papás. Es una colección muy conectada con la época musical de los 80, con el pop anglo que era muy libre de expresión, muy inclusivo, muy diferente. Esa es la música que yo escuchaba en casa. Así que este es un homenaje hacia ellos”, dice la diseñadora peruana. “Con esta colección lo que quería era sentir como se vivía esta época, celebrar ese glamour, la excentricidad y extravaganza. Por eso la paleta es full color, colores muy desenfrenados. Quería que se sienta como una fiesta”, continúa.
La primera modelo fue la encargada de encender aquella fiesta de la que habla Morillo: con la mirada decidida caminó hasta la plataforma redonda que se encontraba al medio de la pasarela, frente a los fotógrafos, y se puso a bailar. Al ritmo de Cindy Lauper, la modelo lució del modo más divertido un blazer-vestido negro con aplicaciones plateadas brillantes y un lazo en la espalda que caía sobre el suelo. El público empezó a aplaudir y cantar mientras se daban cuenta que este sería un desfile distinto a los que se suelen asistir. A ella, le siguieron modelos- entre hombres y mujeres- que bailaban, giraban y sonreían a la cámara a tono con las mejores canciones de los años 80. Más que un desfile, una fiesta de la moda.
“Queríamos retratar una noche de ballroom en los ochentas. Elegimos artistas multidisciplinarias, muchas de ellas eran bailarinas. Por eso la pasarela fue tan alegre, con tanta vida y personalidad”, explica la creativa.
Por supuesto, los looks fueron acorde al mood ochentero y no decepcionaron. En pasarela, vimos distintos modelos de vestidos noche para esta temporada. 32 para ser exactos. Nos quedó claro que los brillos y los corsé llegaron para quedarse. Además, los tonos fucsias, morados y azules se proclamaron como los favoritos de la temporada; muy acorde a la onda de los años 80. Estos tonos fueron seguidos de clásicos rojos y negros que siempre vienen bien para el invierno.
Por supuesto, el atelier que está especializado en vestidos de noche y bridal, cerró la pasarela con opciones para novias. Un vestido de hombros prominentes y silueta pegada resaltó por llevar un velo de colores, muy acorde a los 80. También brilló sobre pasarela conjunto de sastre para aquellas novias más sobrias.
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