Lorena Salmón: "Primero años, primera fila"
Lorena Salmón: "Primero años, primera fila"
Redacción EC

Si la semana de la moda de Nueva York ha llamado la atención esta temporada, no ha sido por las magistrales colecciones de Carolina Herrera o Diane Von Furstenberg, por nombrar un par de las favoritas. Ni siquiera por el mediático y lleno de celebridades desfile de Tommy Hilfiger, que además celebraba 30 años y convirtió la pasarela en una cancha de fútbol americano (maravilla). No.

Esta vez los titulares han llamado la atención porque ya no son las fashion bloggers (amadas, temidas, odiadas, subestimadas o sobreestimadas), quienes ocupan los primeros asientos en los desfiles. Ahora las reinas de las primeras filas son las hijas de las celebridades. Al momento de cerrar esta columna, North West, hija de Kim Kardashian y el músico Kanye West, había asistido -en primera fila- a dos desfiles.

Entiendo que asistir al desfile de la marca Adidas era natural, pues su padre había colaborado en la colección: los logros se celebran en familia. Pero también la vimos en primera fila, y además vestida con look total del diseñador, en el desfile de Alexander Wang. ¿Qué hace una niña de dos años en un desfile de moda si no aburrirse? ¿Le sirve de algo ver desde primera fila los detalles de la colección, las texturas y acabados? Ni la más prodigiosa niña de la moda llegó a sentarse a la primera fila en un desfile hasta los 12 años y esa fue Tavi Gevinson que se ganó el lugar a punta de genialidades (Style Rookie fue el blog que Tavi abrió cuando lidiaba con sus cambios hormonales y que inmediatamente consiguió convertirse en referente dentro de los medios online).

¿Saben qué pasó en ambos desfiles? North dio de alaridos. Debe de ser de lo más divertido del mundo que la saquen de su hotel con temperaturas por debajo de cero para ir a ver a un desfile de moda. De hecho, su segundo berrinche fue a causa de un peluche que un fotógrafo al otro lado de la pasarela llevaba consigo. Por supuesto que la niña lo quería.

Por otro lado, a mitad de semana, aterrizó David Beckham en Nueva York con sus cuatro hijos. Todos llegaron para apoyar, como es costumbre, a su madre en su última presentación en la Semana de la Moda de esa ciudad. En ese caso quien rompió esquemas fue Harper Beckham, que ahora ha crecido -ya es una niña grande de tres años- y caminó por el aeropuerto con sombrero de ala ancha y look completo de Chloe en colección otoño 2015. Durante el desfile, ¿saben adónde le tocó sentarse a Harper? Pues junto a Anna Wintour.

Y para ponerle la cereza al pastel, Hilaria, la mujer de Alec Baldwin, que además de ser profesora de yoga también es conductora de televisión, no se quedó atrás y llevó a su hija Carmen (de 18 meses) al desfile de Marc Valvo y la puso en primera fila. Vestida, por supuesto, de Valvo.

Sobre estas niñas he leído de todo, desde las reacciones de los adultos que tuvieron la suerte -o no- de sentarse al lado de ellas (en el primer berrinche de North, Anna Wintour estaba sentada a su lado con cara de pocos amigos y en el segundo, Nicki Minaj, que supo guardar la calma).

También se han escrito notas enteras sobre cuál niña supera a la otra en estilo (¿en serio? ¿acaso ellas deciden qué ponerse?) hasta cómo a las grandes marcas les interesa usar a nenas que acaban de dejar los pañales como imágenes de publicidad. Pero por más que leo al respecto, todo me parece tan forzado y jalado de los pelos que aun si en realidad las niñas de 2 o 3 años pasaran un momento divertido en un desfile de moda, vestidas con looks de diseñador que ellas aman, me parece hasta incómodo para los asistentes. Porque además de prestar atención al arte y la ropa es una distracción tener que estar entreteniendo al pequeño en pañales. ¿Hay alguien más que los papás de estas niñas que crean que no hay nada más tierno y fashion que llevarlas a estos eventos?

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