Cuando Marisol Aponte, coordinadora del Albergue Amor y Rescate, vio a Cumbia María, lo primero que le llamó la atención fue el estado de salud de la cachorrita.
“Ella estaba con una familia, dos señores que pedían limosna y sus tres hijos. Lamentablemente, ellos la tenían muy descuidada y los niños le daban dulces”, recuerda.
Aponte se acercó a la familia para averiguar más sobre su caso y así conoció que no tenían ingresos económicos para alimentar a sus hijos ni para hacerse cargo de su mascota.
Por eso, la ofrecieron a la venta. “Les expliqué que yo podía ayudarlos a esterilizarla, alimentarla y hasta entregarla en adopción, pero que no iba a comprarla”, agrega.
La familia seguía interesada en venderla y, por eso, no volvieron a comunicarse con Marisol.
Sin embargo, después de unas semanas, ella recibió una llamada telefónica: finalmente, accedían a entregar a Cumbia María, ya que estaban a punto dejar el Perú.
Un nuevo comienzo
Cuando la comunicadora Akemi Acosta (39) y el administrador Miguel Acuña (35) se mudaron juntos, lo primero que decidieron es que tendrían a una mascota en casa. Así llegaron a Cumbia María cuando ella era solo una cachorra.
“La primera vez que mi novio y yo la vimos en el albergue, fue amor a primera vista: ella no se despegó de él ni un minuto”, cuenta Acosta. “Para nosotros, ella es nuestra hijita de verdad. No es humana, pero es nuestra hijita”.
Durante estos meses como padres de Cumbia María, ambos coinciden en que han podido organizarse más en casa, ya que ella les permite tener una rutina más establecida.
“Para adoptar, hay que tener ganas, pero sobre todo tiempo, paciencia y dedicación, ya que un perro es como un hijito de verdad. Siento que Cumbia nos está entrenando sobre lo que vendría a ser convertirnos en padres, ya que tenemos que darle mucho amor y cuidados”, añade Acosta.
Hoy la joven pareja también lleva una vida pet friendly, ya que tratan de involucrar a su engreída en varias de sus actividades. “La verdad es que tratamos de llevarla a todos lados. Ya hemos ido a varios restaurantes con ella y hasta a parrillada familiares y amicales”, dice.
Sobre la experiencia de adopción, ninguno de los dos ha tenido problemas con la adaptación de su hija de ‘cuatro patas’, ya que desde un inicio, ella ha sabido adaptarse a sus padres.
“Jamás se ha portado mal o ha roto algo en casa. Incluso, aprendió a hacer sus necesidades en su pañal a la semana y media. Por eso, tiene acceso a toda la casa. Es nuestra engreída”, revela Acosta.
Por eso, recomiendan la adopción de mascotas para parejas jóvenes que recién se acaban de mudar. “Llegar a tu casa y ver a tu perrito alegre, es inexplicable. Además, nos ha unido más como papás. Somos muy felices los tres”.
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