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Esta perrita apagó el silencio con amor - 1

Por Andrea Carrión / WUF

Uno de los motivos más comunes por el cual mucha gente no se termina de animar a tener una mascota es por el espacio del lugar en donde viven. Para María José Castillo ese detalle fue irrelevante, ella solo pensaba en que el amor que tenía para darle a su próximo perro superaba cualquier metro cuadrado.

Y fue con esa ilusión que hace un mes recibió a Allie.

Hacía rato que María José quería , pero el momento no era el mejor. Aún tenía a Pukas, el Schnauzer que la acompañó durante 15 años y medio.

Pukas

“El amor que una persona le puede llegar a tener a un perro no se comparaba con lo que yo sentía por mi Pukas, era como mi hijo. No había perro más bonito, él era un perro increíble y murió por viejito”, comenta María José. “Pasó un tiempo después que Pukas murió y ya comencé a sentirme estable como para recibir a otro perro. Y es que además del luto, tener una mascota no es cualquier cosa; tienes que levantarte temprano, hacer que haga lo que tenga que hacer, cuidarla, bañarla, darle su comida, llevarla al veterinario... cuesta cuidarlos”.

La partida de Pukas, además de ser dolorosa, coincidió con la reciente mudanza de María José a su propio departamento. Llegar a casa ya no era la misma experiencia; ella pasó de encontrar a un perro que le movía la cola y que la motivaba a salir a pasear a toparse con el absoluto silencio. Ese vacío la llevó a navegar por Internet con la frase ‘quiero adoptar un perro’ y fue así que dio con .

“No me importaba cómo se veía, solo quería un perro que pudiera estar solo varias horas mientras trabajo, y revisando varios perfiles fue que encontré a Allie, que antes de adoptarla se llamaba Leopolda”, comenta.

Allie es una de tantos perros que debido al abandono, pasan tal nivel de hambre que resulta fácil contar sus costillas y otros huesos también. Cuando los rescatistas del albergue la encontraron deambulando por Villa El Salvador, esta perrita no quería saber nada de comida y la tos de perrera que traía encima no facilitaba las cosas. Pero con mucho amor y cuidado, Allie salió adelante, lo suficiente como para comer lo que le pusieran en frente y transformarse hasta llamar la atención de su nueva mamá.

“Todavía es un poco tímida con los perros del parque, pero con la gente es muy cariñosa”, dice María José mientras la mira con ternura. “Soy maniática de la limpieza, pero le enseño dónde hacer sus cosas. Y encima está botando harto pelo, pero no importa, sé que es por temporadas. La verdad es que estoy feliz y espero que ella esté feliz también”.

Allie no solo acompaña a María José, también la hace reír, como esa vez cuando se vio en el espejo por primera vez.

“¡Se metió un susto! Le corría al espejo, pensaría que había otro perro en el departamento, hasta que le enseñé que era ella misma y entendió”, dice entre risas.

Pese al corto tiempo que tiene con Allie, María José está convencida de que adoptar es la manera más humana y responsable de adquirir una mascota. De hecho no es la primera vez que rescata a un perro. Hace 2 años encontró una hembrita en la calle. Estaba impecable y el veterinario le dijo que estaba sana. Pese a que pasó dos semanas buscando a su familia con la ayuda de Serenazgo y colocando fotos en postes y en Facebook, nadie la reclamó. Como ella aún no estaba lista para recibirla, se la regaló a sus padres y hoy viven felices con ella.

“Estoy tratando de mover el tema de la adopción de mascotas porque es importante, sobretodo en un país como éste que a donde vayas, hay perros en la calle, abandonados y dando vueltas por ahí”, dice María José. “De chiquita yo no tenía ni la menor idea de la diferencia entre comprar y adoptar, es más, ni sabía que se podía adoptar, yo solo pedía perro y punto. Felizmente ahora adoptar está más fuerte que nunca, lo que me parece excelente pues es un poco cruel que los estén reproduciendo y vendiendo, al comprar uno apoya esa industria”.

“Eso sí, si decides tener un perro, asegúrate de que podrás darle un buen estilo de vida, que si le pasa algo podrás asumirlo y cumplir con él. Ellos están ahí, lindos, pero igual tienen que hacer sus necesidades, comer, pasear, jugar, etcétera... pero vale la pena”, concluye.

* es una asociación sin fines de lucro que busca generar consciencia sobre la realidad de los perros abandonados en el Perú y que ofrece las herramientas necesarias para combatir el problema y así hacer de la adopción la mejor alternativa. Si estás interesado en adoptar, visita

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