El “granítico” no pudo cantar el himno nacional en tierras españolas, pues a pocos meses de iniciar nuestra participación sufrió la rotura del “tendón de Aquiles”. Aquella vez, también, la hinchada sufrió un golpe inesperado y desconcertante.
Aunque el “Gran Capitán del siglo XX”, a diferencia del “Depredador”, ya tenía los mundiales de 1970 y 1978 a sus espaldas, hubiera cumplido con la envidiable experiencia de jugar tres copas del mundo -mérito que tiene Teófilo Cubillas, por ejemplo- además de inspirar con su presencia al gran equipo que logró la clasificación en 1981.
Todo sucedió un 20 de diciembre de 1981, cuando “Chumpi”, durante el partido que Sporting Cristal (su equipo) disputaba con el Bolognesi de Tacna, chocó con el jugador José “Camote” Vásquez, cayendo al piso con agudos dolores.
Fue atendido por el doctor del club, quien al observar la gravedad de la lesión ordenó su inmediata hospitalización. Allí los galenos dieron la peor de las noticias. Era necesaria una operación, y la recuperación demoraría más de seis meses, lo que cortaba las aspiraciones de "Chumpi" -de 37 años- de jugar el torneo mundial que empezaba en junio de 1982. Por su parte, Vásquez siempre sostuvo que no tuvo contacto con el gran capitán porque lo respetaba mucho.
Ya fuera el destino o una involuntaria jugada fuerte -o alguna otra razón-, lo cierto fue que la presencia de Chumpitaz en canchas ibéricas quedó trunca. Tuvo que reemplazarlo Salvador Salguero, un defensa de similares dimensiones físicas, que jugaba por Alianza Lima.