Caleta San José: una playa escondida en la costa de Arequipa, ideal para desconectar
A unas tres horas de la ciudad de Arequipa se ubica la Caleta San José, una playa muy poco visitada que deslumbra con su belleza. Desde lo alto se divisa como una enorme piscina de aguas mansas rodeada de montañas cubiertas con ceniza volcánica, con unos cuantos veraneantes sobre la arena dorada y donde se ha instalado un ecolodge con todas las comodidades. El lugar perfecto para desconectar este verano.

Foto: Karina Mendoza / PROMPERÚ
Partimos muy temprano de la ciudad de Arequipa rumbo a Matarani y seguimos por la vía Costanera hasta el kilómetro 51, donde tomamos un desvío. Allí nos recibe Isaías Mendoza del Solar, quien está a cargo del ecolodge de la Caleta San José. Como solo se puede acceder en vehículos 4×4, hacemos el transbordo y transitamos unos 5 kilómetros de trocha habilitada que pasa cerca de un tramo del Camino Inca. La primera parada es el mirador desde donde se divisa la caleta. Desde ese punto podemos bajar a pie o continuar la ruta a bordo del vehículo.
Ni bien llegamos, nos sacamos las sandalias y corremos a la orilla. Habíamos oído que el mar de Arequipa era helado y fuimos a comprobarlo. Para nuestra sorpresa, la temperatura era muy similar a la del mar en Lima. Perfecta para el calor que en verano supera los 27 grados centígrados.

Foto: Karina Mendoza / PROMPERÚ
El almuerzo lo sirven en el comedor exterior con vista al mar. Un pulpo al olivo delicioso antecede al arroz con mariscos que ha preparado Kevin, el chef de la Caleta San José, que cocina con los productos que ofrece ese mar privilegiado. De donde se extraen conchas de abanico, “en una concesión que tenemos hace como 26 años. Lo demás proviene fresco de la caleta de Quilca”, asegura Isaías.
Al terminar, Isaías y su equipo nos invitan a la orilla para practicar paddle, snorkel y pasear en kayak. Poco después, cuando confirman que la marea lo permite, navegamos hacia la isla Hornillos en una embarcación con motor fuera de borda y que no genera ruido alguno. Se trata de una reserva nacional que alberga piqueros, pelícanos, lobos marinos con alborotadas crías y hasta pingüinos de Humboldt.

Foto: Karina Mendoza / PROMPERÚ
Su historia
Todo comenzó en el año 1979, cuando a la Caleta San José solo se podía acceder navegando. El pago de una deuda hizo que Mauricio Mendoza del Solar, padre de Isaías, se convierta en propietario de 100 hectáreas de este paraíso costero. Veinte años más tarde ingresó en el negocio de la maricultura e implementó 4 habitaciones de quincha y una pequeña cocina para él y sus socios. Pero fue recién en el 2003 cuando el periodista Rafo León lo visitó y, al ver el potencial del lugar, lo motivó a abrir un alojamiento para recibir turistas.
“Entonces comencé a modificar el campamento. Acondicionamos las cuatro habitaciones que teníamos. Convertimos los pasillos en baños para cada una. Reemplazamos el plástico de las ventanas por vidrios e instalamos los pisos”, explica Mauricio.

Foto: Karina Mendoza / PROMPERÚ
Actualmente en la Caleta San José se han implementado 9 habitaciones con vista y salida al mar, un comedor y una cocina hechos con materiales ecoamigables. El agua es subterránea y la energía solar. Esta caleta escondida te hace sentir que estás en una isla desierta. No hay señal de celular y solo cuentan con internet satelital. El entorno se conserva casi intacto y para no perder ese espíritu no pretenden incrementar su aforo que es de máximo 33 huéspedes.
“Para poder atender a este número de personas necesitamos contar con un equipo de 10 personas, entre cocineros, choferes, housekeeping, limpieza y marinero. Entonces, con más personas, la capacidad sanitaria y de agua aumentaría. Se generaría mayor impacto”, advierte Mauricio.

Foto: Caleta San José ecolodge
En la Caleta San José se respira tranquilidad total. No solo porque el mar no tiene olas y estás a solas en una playa casi desierta, sino porque lo único que te pueden robar es el aliento. Según su propietario, este lugar es 100% seguro: “las habitaciones se pueden dejar abiertas y no pasa nada”. Gracias a las navegaciones, los huéspedes comparten y terminan formando una comunidad.
Si buscas un destino para veranear, desconectarte y disfrutar de un paraíso natural y biodiverso, alejado de las aglomeraciones, dirígete a la Caleta San José en Arequipa. El precio de la habitación por noche va desde S/270 por persona en habitación de 5. La tarifa incluye un desayuno, un almuerzo marino de 3 tiempos, traslados desde el desvío de la carretera y actividades como kayak, snorkel, caminatas a las playas aledañas y fogata. Para más datos viajeros, sígueme en redes sociales:
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