Jéssica Cáceres, Vanessa Llanos, Lucía Cerna y Orlando Valles
Por: Jéssica Caceres Morales
Corresponsal Escolar, 1991. Periodista de profesión.
En el verano de 1991, mi vocación por el periodismo se consolida con el ingreso a la Página Escolar de los Corresponsales Escolares del decano de la prensa. Ser parte de este semillero de periodistas constituía todo un reto y una distinción, tanto en el centro de estudios como en la familia y los amigos; por tanto la credencial de prensa emitida por El Comercio en nuestro poder era sinónimo de compromiso, deber y respeto al ejercicio periodístico. Fue entonces que durante un año escribí para esta sección, que bajo la orientación de Maria Rita, Maria Eugenia Celis y Lucy Torres empecé a hacer mis primeras notas de prensa, pero, además, con ellas y con el grupo de amigos corresponsales aprendí a ser amiga, a reír, a respetar el prójimo, a trabajar en equipo, a debatir, a ser meticulosa y comprometida con las consignas asumidas.
Foto: Jéssica Cáceres emocionda muestra su nota publicada en la sección escolar de El Comercio
Gracias a esta grata experiencia pude poner en práctica mi vocación a muy temprana edad, a los 16 años, y absorber la experiencia de grandes maestros y personajes del periodismo que laboraban en la institución. En cada visita al diario, el diálogo con ellos era una lección de vida y de periodismo. Consejos claves que aún perduran y que son parte de los cimientos que albergo para seguir en crecimiento.
Por: Vanesa Llanos
Ex Corresponsal Escolar . Maestra de Educación en Estados Unidos
Para mi la página escolar fue una de las experiencias más bonitas de mi vida porque me dio la gran oportunidad de visitar diferentes ámbitos profesionales y desarrollar mi creatividad en la escritura de mis artículos y entrevistas.
Cuando estaba en la secundaria descubrí a mi escritor favorito Alfredo Bryce Echenique y tuve el placer de conocerlo. Después en el mundo de la televisión tuvimos la oportunidad de conocer a “Gonzalete” de Pataclaun en un taller de publicidad y periodismo a cargo de Jorge Arnao de Cedro. Asimismo, conocí a Pedro Suárez Vertiz y nos dio a conocer la fuente de inspiración de sus canciones y cómo decidió ser músico.
También, con respecto al ambiente artístico conocí a Fernando de Syszlo cuando se inaguraron los vitrales de la Iglesia San Francisco de Borja. Todo esto me sirvió para ser elegida e integrar el equipo de Semillero, un torneo de voleibol que realiza el Comercio con el apoyo de la sección de Deporte Total. Ahí tuve el privilegio de conocer a grandes amigos y amigas corresponsales. Así como también trabajar bajo el mando de talentosos periodistas como Carlos Salas y Juan Novoa.
Foto: Vanessa Llanos es una entrevista a Alfredo Bryce.
Gracias a todas estas experiencias pude encontrar mi verdadera vocación como maestra de primaria en Estados Unidos y de la misma manera que la página escolar me inspiró a amar la palabra escrita yo voy motivar a mis alumnos a valorar la fascinante aventura de la escritura y la lectura en español e inglés.
Fuimos corresponsales y lo seguiremos siendo de corazón
Por: Lucía Cerna
Ex corresponsal escolar, 1992.
Tenía 12 años y poco mundo encima de mis narices… Del colegio a la casa, de la casa al colegio, nada extraño, nada particular, pero si muchas esperanzas y muchas ganas de hacer cosas nuevas.
Todo empezó como jugando un día caluroso de verano, allá por el año 92. « Los tiempos pasan volandooo… » Por azares de la vida conocí a un grupo de muchachos quienes a pesar de su corta edad y sin mucho rodeo me convencieron de participar de esta nueva aventura y ser ya no una alumna como las demás sino todo una periodista escolar ! Sorprendida pero ilusionada llegué a casa y alborotada anuncié la noticia. Mi padre más emocionado que yo, me dijo : ANIMATEEEEEE es una buenísima oportunidad y así empezo todo…
Tres o cuatro meses más tarde y sin que yo lo hubiera imaginado me estaban entregando « El carnet » Aquel que ya me reconocía como reportera de la una de las secciones del famoso diario El Comercio. No lo podía creer !
Sin imaginarlo si quiera la pequeña, como me llamaban muchos, empezó a involucrarse en un medio periodístico al lado de verdaderos periodistas quienes a su corta edad ya podían darle cátedra a cualquiera. Ese mundo era fascinante y sobre todo real. Y así de a pocos sin querer y a veces queriendo, la página se convirtió en esa segunda casa y los corresponsales en esos grandes hermanos.
Ahora que ha pasado el tiempo, recuerdo más experiencias como periodista escolar que como estudiante. Cada que pienso en mi adolescencia es inevitable, a mi mente viene de inmediato lo extraordinario que era encontrarme cada semana con los amigos que hasta ahora preservo. Cada taller, cada curso, cada campamento, cada visita, cada encuentro. Todo matizó mi etapa escolar de la mejor manera.
Más de 10 años después, mi vida como la de todos aquellos que fuimos corresponsales y que lo seguiremos siendo de corazón, dio un giro incalculable. Ingresé a la universidad, viaje, me enamoré, estoy a punto de tener la familia que esperé toda mi vida y ahora a puertas de iniciar la tan anhelada segunda profesión. Veo el camino que he recorrido hasta aquí y es inevitable que los recuerdos de aquellos años no regresen, pues sí marcaron toda mi juventud y seguirán marcando los años que vendrán.
Hemos cambiado sí… Quizá mucho… Pero la amistad fue más grande que nuestras circunstancias y a pesar del tiempo y hasta de la DISTANCIA, nadie se perdió de nada pues entre mails , llamadas telefónicas y nuevos encuentros, esos hombres y mujeres que un día fueron pequeños siguen cultivando hasta la actualidad lo mejor que la página escolar les pudo dar : Una sincera amistad.
Por: Orlando Valles Loro
Corresponsal Escolar 1999. Redactor en Jefe de Bitácora Digital
Realmente, el conocimiento adquirido en mi etapa de corresponsal escolar fue aparte de satisfactoria, productiva, practicar el periodismo siempre representó para mí un anhelo por alcanzar, el taller se presentó como la alternativa idónea para comenzar a desempeñar el periodismo y valla que lo hizo. A mis 15 años descubrí como ser más crítico y agudo en mis apreciaciones, ser más juicioso con las noticias y a tener un alto grado de responsabilidad en torno a ella. Ser corresponsal marcó una etapa de mi vida, eso está claro, etapa que aproveché y valoré al máximo junto a compañeros que buscábamos constantemente la perfección.
Ahora ya con 23 años y a puertas de egresar de la Universidad de San Martín de Porres en la carrera de Ciencias de la Comunicación, especializándome en periodismo escrito soy consciente de mi labor como comunicador, guardando lealtad y veracidad en cada trabajo asignado, principios que siempre estuvieron presentes y supieron inculcarme grandes periodistas en mi paso por el programa.
Gracias…