Cinco preguntas acerca del nuevo brote de Ébola en Guinea
El 14 de febrero de 2021, las autoridades guineanas declararon un nuevo brote de Ébola. Como una de las organizaciones médicas clave que respondieron al enorme brote de Ébola en África Occidental de 2014-2016, Médicos Sin Fronteras (MSF) comenzó a movilizar de inmediato un grupo de especialistas con experiencia en Ébola para formar el núcleo de un equipo de respuesta.
Anja Wolz es la coordinadora de emergencia para el Ébola que está supervisando la respuesta de MSF:
Anja Wolz ayudando a sus colegas a ponerse el equipo de protección durante el gran brote de Ébola de 2014 – 2016 en África Occidental. © P.K. Lee/MSF
¿Cuán preocupada estás ante este nuevo brote de Ébola?
Anja: Como en todas las respuestas a brotes epidémicos, es importante estar tranquilos y concentrados. Sin embargo, esto es Ébola y eso siempre es preocupante. Es por eso que hemos movilizado un equipo con algunos de los especialistas en Ébola más experimentados que tiene MSF, que viajarán a Guinea tan pronto como lo permitan los procesos administrativos y de visado. Una vez allí, podemos encontrarnos con un pequeño brote, fácil de controlar y contener, o, por el contrario, podemos encontrar que el problema es mayor y más complejo.
¿Qué tiene que suceder al comienzo de una respuesta a un brote de Ébola?
Anja: En primer lugar, se necesita contar una imagen clara del problema. Un equipo de vigilancia epidemiológica, con un epidemiólogo de MSF incluido, partió el lunes 15 de febrero hacia las zonas afectadas de N’Zerekore y Gouéké, en el extremo sur del país. Han comenzado a hacer el trabajo de vigilancia epidemiológica, pero aún no tenemos total claridad sobre a qué nos enfrentamos.
Luego hay una serie de aspectos básicos clave que deben hacerse rápidamente y bien:
-localización de contactos (identificación de todas las personas que han estado en contacto con alguien que tiene Ébola, para poder monitorear su salud y detener esa cadena de transmisión);
-contar con instalaciones médicas que tengan la configuración adecuada para aislar y tratar a los pacientes con Ébola;
-garantizar que existan prácticas funerarias seguras para cualquier persona que muera de Ébola o con sospecha de que haya fallecido a causa del Ébola;
-transmitir información sanitaria clara;
-asegurarse de que haya un buen sistema de triaje en todos los establecimientos de salud, para minimizar las posibilidades de que el Ébola tenga consecuencias en el resto del sistema de salud; y
-sobre todo, compromiso con la comunidad.
El compromiso de la comunidad es particularmente vital. Se debe invertir tiempo y energía en hablar y escuchar a las comunidades en las áreas afectadas. Se necesita adaptar la respuesta de acuerdo con lo que dicen, y, al mismo tiempo, se necesita que la población se adapte a los riesgos que el Ébola trae aparejado. Tiene que ser una conversación bidireccional.
¿Y acerca de la posibilidad de utilizar una vacuna contra el Ébola?
Anja: Sin duda, es cierto que la existencia de vacunas contra el Ébola es una de las principales diferencias con el brote de 2014-2016. Y esta es una gran noticia, pero debemos tener cuidado con la forma en que se establecen las expectativas. Es poco probable que haya suficientes vacunas para cubrir regiones o prefecturas enteras. Esto significará que las opciones sobre el uso de la vacuna deben explicarse muy claramente, para evitar malentendidos y una posible desconfianza en las comunidades afectadas por el Ébola.
Todo vuelve al compromiso con la comunidad. Hemos visto esto muchas veces en el pasado. Si una comunidad se siente involucrada, escuchada y empoderada, entonces la respuesta al Ébola probablemente saldrá bien, con o sin vacunas. Pero si una comunidad se siente marginada, no escuchada y se pone nerviosa o tiene desconfianza, entonces una respuesta al Ébola probablemente enfrentará múltiples dificultades, con o sin vacunas.
¿Qué se puede decir sobre los nuevos tratamientos para el Ébola?
Anja: Es cierto que los tratamientos contra el Ébola no existían al comienzo del brote de 2014, por lo que esta es una diferencia significativa en la actualidad. Aún no sabemos cuál de los tratamientos se utilizará en esta respuesta en Guinea, pero el solo hecho de tener una opción de tratamiento es bueno por dos razones:
-aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia del paciente, especialmente si comienza el tratamiento razonablemente temprano; y
-significa que tenemos más oportunidades de alentar a las personas a que lleguen antes para el aislamiento y el tratamiento. Antes de que hubiera un tratamiento disponible, era comprensible que las personas se mantuvieran alejadas de los centros de tratamiento del Ébola, que a menudo se temían como lugares de muerte. Pero con un tratamiento disponible, eso podría cambiar sustancialmente. Esto es importante para el control de los brotes porque cuando alguien con Ébola está aislado, no está transmitiendo el virus a otras personas.
¿Qué hará Médicos Sin Fronteras (MSF) como parte de la respuesta al brote de Ébola?
Anja: Tendremos un pequeño equipo multidisciplinario de expertos en Ébola, capaz de atender prácticamente todos los aspectos de la respuesta. Ya contamos con un equipo de avanzada inicial que se trasladó a la zona para ayudar con la vigilancia epidemiológica y comenzar a comprender el conocimiento que las comunidades locales tienen sobre el Ébola para adaptar de forma adecuada la información sanitaria a transmitir. Cuando llegue el equipo dedicado al Ébola, combinarán fuerzas y tomarán decisiones rápidas sobre dónde y cómo Médicos Sin Fronteras (MSF) puede ser de mayor ayuda. El equipo tendrá las habilidades y el equipo para hacer lo que sea más necesario; desde el tratamiento médico del Ébola hasta el trabajo de vigilancia epidemiológica, educación sanitaria, localización de contactos, participación comunitaria o vacunación.
Hay algo esencial a tener en cuenta, tanto para MSF como para todos los demás equipos que participan en la respuesta. Necesitan contar con sus habilidades técnicas (médicas o epidemiológicas, de control de infecciones o educación para la salud, etc.), pero también necesitan traer sus habilidades para conectar y dialogar con la comunidad local. Ambas son necesarios en una respuesta a la epidemia de Ébola.