¿Quién ganará la carrera del desarrollo de una vacuna contra el nuevo coronavirus?
Recientemente, el Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota (CIDRAP por sus siglas en inglés), publicó un reporte titulado Covid-19: Punto de vista del CIDRAP. En el, se esboza que es lo que podría pasar con el futuro de la pandemia causada por el SARS CoV-2, y entre otras cosas, nos dice que debemos acostumbrarnos a vivir con este virus durante los próximos 18 a 24 meses.
Después de analizar reportes históricos de pandemias anteriores, datos del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington (IHME), del Imperial College of London y estudios epidemiológicos actuales, el CIDRAP predice que la actual pandemia probablemente durará entre 18 y 24 meses y que es probable que no se detenga hasta que 60% a 70% de la población mundial se infecte y desarrolle inmunidad natural, de grupo o de rebaño. Un reciente estudio encuentra, sin embargo, que en este momento, solo 3.2 a 4% de la población europea esta infectada.
Dice también el CIDRAP que, aparte del desarrollo de inmunidad natural, la pandemia solo podría detenerse, si se obtiene un medicamento muy eficaz o una vacuna efectiva y accesible. Hoy veremos, basados en una evaluación del diario The New York Times, como va la carrera para desarrollar una vacuna.
Todo empezó cuando el 11 de enero, los científicos chinos pusieron el genoma del nuevo coronavirus en el internet. Decenas de compañías de biotecnología empezaron a analizar el genoma del virus, tratando de descubrir los epítopes o estructuras virales capaces de despertar la inmunidad en el ser humano. Para eso, se ayudaron mucho de lo aprendido del análisis del genoma del SARS CoV, el coronavirus causantes del SARS.
Análisis iniciales identificaron diez epítopes que reaccionaron con los linfocitos B: cinco localizados en la glucoproteína espiga o proyección en forma de corona desde la superficie del virus; dos en la proteína de membrana, la que está incrustada en la membrana que envuelve la cubierta del virus; y tres en la nucleoproteína, que es la cubierta del virus formada por nucleoproteínas. Los estudios encontraron también dos epítopes que reaccionaron con los linfocitos T, los cuales estuvieron localizados en la glucoproteína espiga y la nucleoproteína.
Una vez identificados los epítopes, la carrera empezó.
En la actualidad, existen más de 135 vacunas en desarrollo, de las cuales solo 15 están en la fase clínica de desarrollo. El resto (incluyendo una compañía peruana) están en las fases iniciales o preclínicas de investigación. La fase preclínica trabaja con animales y no incluye pruebas en seres humanos, mientras que la fase clínica si usa voluntarios humanos en sus experimentos.
Fase clínica
Tiene tres fases (I, II y III). En la Fase I, o de seguridad, los científicos administran la vacuna a un pequeño número de personas (generalmente menos de 50) para evaluar la seguridad y la dosificación, así como para confirmar que estimula el sistema inmunitario.
En la Fase II, o de ampliación, se administra la vacuna a alrededor de 800 personas divididas en grupos (niños, ancianos, hombres, mujeres, etc.), para ver cómo actúa la vacuna en ellos. Estas pruebas prueban aún más la seguridad y la capacidad de la vacuna para estimular el sistema inmunitario.
En la Fase III, o de eficacia, se administra la vacuna a miles de personas (alrededor de 10,000), para ver cuántos se infectan, comparándolos con miles de voluntarios que recibieron un placebo. En estas pruebas se determina si la vacuna protege contra el coronavirus. De todas las vacunas en desarrollo, solo una (la desarrollada por la Universidad de Oxford) se encuentra en Fase III.
Una vez que se demuestra que una vacuna protege a los vacunados, las compañías solicitan la aprobación de organizaciones reguladoras (Administración de Medicinas y Alimentos o FDA en Estados Unidos por ejemplo) para empezar la manufactura y distribución de miles de millones de dosis.
No existe un solo tipo de vacuna
Existen cuatro tipos principales de vacunas en desarrollo. Aquellas basadas en la genética del virus, las que usan vectores virales, las que usan proteínas virales y las que usan virus completos. Veamos brevemente en que consisten.
Vacunas genéticas son las que usan uno o mas genes del propio virus para despertar las defensas del organismo humano. En este grupo esta la desarrollada por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y la empresa Moderna, que usa como vacuna un gen que tiene las instrucciones para elaborar la proteína de la espiga. Con ese “manual de instrucciones”, el organismo fabrica la espiga o segmento capaz de estimular al sistema de defensa, con lo que se forman anticuerpos protectores.
Las que usan vectores virales son interesantes, porque usan virus conocidos como caballos de Troya para introducir partículas del nuevo coronavirus al organismo. En este grupo esta la única vacuna en Fase III, desarrollada por la Universidad de Oxford en Inglaterra, que usa un virus que causa gripe en chimpancés para introducir el nuevo coronavirus y estimular al sistema de defensa.
El gobierno federal de Estados Unidos ha escogido cinco vacunas como el centro de sus esfuerzos para obtener una vacuna a fines de año o a comienzos del 2021. Estas son la del NIH, Oxford, Merck, Johnson & Johnson y Pfizer.
Corolario
La obtención de una vacuna efectiva es solo el primer esfuerzo. El reto es como hacer para que la vacuna obtenida, llegue prontamente y al alcance del bolsillo de mas de seis mil millones de personas en el mundo.