Quiero ver más mujeres exitosas
Ciertamente, no soy ni nunca he sido feminista. Siempre he abogado por la igualdad de oportunidades hacia hombres y mujeres para desarrollar sus carreras profesionales con éxito y satisfacción. Por eso, hoy me voy a arriesgar a comentar sobre actitudes que veo en algunas mujeres profesionales que pueden estar yendo en contra de esas oportunidadesLa primera es obvia: sabemos que las estadísticas revelan que las mujeres ganan menos que los hombres en similares posiciones y responsabilidades. No hay la paridad que debiera existir, pero me pregunto en cuántos casos se debe a actitudes machistas desde la dirección de las empresas y en cuántos no tendrá que ver más bien con el hecho de que los hombres se sienten más empoderados para presentar sus logros y, en muchos casos, negocian mejor sus beneficios y mejoras salariales. ¿No será también que buena parte de la responsabilidad de esa desigualdad está en nosotras? Y sin que esto sea una pregunta creada especialmente para mujeres, hoy les pregunto directamente a ellas: ¿Muestran sus logros de manera constante y coherente o esperan silenciosamente que alguien los perciba? ¿Cuál es su actitud respecto del reconocimiento? ¿Son agresivas –en el buen sentido– a la hora de pedir un aumento o mejores condiciones? ¿Piden más responsabilidades directamente? ¿Tienen claras sus metas de carrera y sus planes de desarrollo, y los plantean también con claridad y oportunidad? No esperemos que las empresas nos den algo si claramente no sabemos pedirlo y no actuamos para conseguirlo. Debemos comunicar mejor y más asertivamente lo que queremos y a lo que aspiramos.
Creo que es muy importante hacernos una autocrítica y actuar para cambiar. Desde las cosas más sencillas. ¿Recuerdan la importancia de crear redes de contactos? Hay muchos espacios para crearlas, entre ellos los eventos, conferencias y cursos. Y allí veo en general pocas mujeres. Muchas se pierden las grandes oportunidades de conocer y darse a conocer, de aprender de otros. Y muchas veces veo a las ejecutivas reunidas exclusivamente entre ellas, sin interactuar tanto con hombres como con mujeres.
En otros casos, y sin caer en lo ligero, muchas no se visten de acuerdo al nivel ejecutivo que tienen. Y si hacemos la comparación (odiosa por demás), visten de ‘sport’ sin demasiada preocupación por su aspecto en ambientes donde los hombres están formalmente de terno y corbata. ¿Qué mensajes dan esas actitudes? ¿Actúan cómo quieren que las perciban?
Propongo que seamos más ambiciosas con nuestras carreras. Pongámonos metas grandes y trabajemos para cumplirlas. Lleguemos a gerencias, directorios, presidencias, lideremos nuestros negocios. Tenemos todo para hacerlo.
Y no hablo de sacrificar la vida personal. Creo firmemente que si estás en una organización que no te permite equilibrar tu vida laboral y familiar, o no te ofrece desarrollo profesional, lo que te toca es irte y encontrar una empresa donde sí puedas tener lo que buscas. Pero incluso esta actitud de cambio es lo que le está faltando a muchas mujeres que trabajan silenciosamente.
Profesionales peruanas, las quiero ver más comprometidas con sus planes de carrera, más proactivas con su autodesarrollo y con sus redes de contacto, ¡ambicionando más! Atreviéndose a tener sueños más grandes y apuntado más alto. ¡Quiero ver aun a más peruanas teniendo éxito! ¡Y para todos, que el 2013 empiece a hacer realidad esos sueños!