Tiempo de dar
S/.5 es lo que el peruano promedio está dispuesto a dar en un momento dado como donación para una obra de bien social. Un reciente estudio sobre el tema nos dijo que la mayoría siente que dar más de S/.5 ya se le complica: no confía dónde se irá su dinero.
Entiendo que la desconfianza es gigante y es a todo nivel. Quizá exacerbada por todo lo que leemos y escuchamos a diario sobre corrupción. Desconfiamos de todos. Desconfiamos de empresas y empresarios, de ONG y, por supuesto, de políticos, autoridades y del gobierno. Desconfiamos más si nos piden algo, y peor aún si es dinero.
Como cultura no conocemos de filantropía. No conocemos de ese concepto anglosajón de “devolver”; es decir, darle a la sociedad de regreso algo de lo que ella nos dio. Y como todo lo vemos mal o malo, sentimos que no tenemos nada que devolver. Además, quizá no nos tocó lo que debería o ya nos quitaron lo suficiente. Y, claro, esperamos siempre que sean otros los que resuelvan … No nos sentimos obligados a dar.
Pero no siempre somos así. En épocas de emergencias y desastres naturales, los peruanos somos solidarios y corremos a ayudar. Y los peruanos más sencillos y humildes son siempre generosos y solidarios, de manera que muchos que hemos tenido más educación u oportunidades no alcanzamos a comprender. ¿Será quizá porque viven más en contacto con la necesidad, la injusticia y el dolor?
Los jóvenes peruanos de ahora son admirables, viven sus proyectos de ayuda con pasión genuina y una entrega admirable. Y están logrando sacar adelante ideas y obras con una convicción envidiable. Y hay muchas causas apoyadas por voluntarios silenciosos que dan su tiempo, su energía y su entrega a otros. Pero como sociedad en general nos falta mucho para vencer la indiferencia a la pobreza de tantos. “Ayudar a superar la pobreza no es un gesto de caridad, es un gesto de justicia”, dijo Nelson Mandela.
Quizá ya nos toca cambiar. Quizá ahora que nos sentimos invadidos por la corrupción, que sentimos un gran desasosiego por la falta de valores y liderazgo, ha llegado el momento de dejar de ser indiferentes con quienes viven en la injusticia. Quizá es ya momento de encontrarnos entre peruanos por nuestras virtudes como nación. Quizá podemos cambiar ese mal espíritu que se vive sabiendo de tantas cosas vergonzosas que pasan a diario. Quizá es tiempo de dejar de ser pasivos y empezar a conectarnos con nuestra esencia más humana y de actuar para sentirnos mejor. Quizá ya es tiempo de dar.
En el Perú hay hoy cientos de iniciativas buenas, nobles y serias trabajando por mejorar la vida de muchos. Confiemos en que hay gente buena y honesta trabajando por los más pobres y más necesitados, por los niños… Hay proyectos en muchos temas y de todo tipo. Confiemos en nuestro instinto y escojamos uno o varios de esos proyectos y, sin esperar que nos pidan, ayudemos. Ayudemos con tiempo, ideas, energía, contactos, dinero. Con lo que podamos.
Confiemos y mostremos nuestra voluntad de ayudar. Inspirémonos por esos peruanos desprendidos que dedican su vida a ayudar a los demás. Creo que así podríamos empezar a cambiar esta nación, hoy tan necesitada de valores y de esperanza. Necesitamos renovar nuestra energía espiritual y vibrar más alto. Dar y ayudar es fundamental para nuestro espíritu y para nuestra alma. Son muchos ya colaborando, pero necesitamos a muchos más. ¡Es tiempo de dar, Perú!
*SOLIDARIOS
En épocas de emergencias y desastres naturales, los peruanos somos solidarios y corremos a ayudar. Y los peruanos más sencillos y humildes son siempre generosos y solidarios.