Cambiar de perspectiva para cambiar de actitud
Publicado el 01/04/20 en América Economía
Siempre cuento una historia que me enseñó mucho. Creo que aplica muy bien hoy a varias de las cosas que estamos viviendo en medio de tanta incertidumbre, así que la comparto nuevamente. Empieza así: una tarde de otoño manejaba de regreso de la playa. Delante de mí, un bus avanzaba bien por el carril izquierdo. De repente, ese bus se abrió bruscamente a su derecha y me dejó a muy pocos metros de un auto que avanzaba muy rápidamente, a más de 120 km/h en contra del sentido del tránsito en la autopista misma. Sin tiempo para nada, en menos de un segundo, chocamos frontalmente. Quedé atrapada tres horas dentro del auto, con varios huesos rotos y una gran angustia. Así las cosas, alguien que llegó acompañando a unos amigos que acudieron a mi llamada de auxilio me propuso hacer un “análisis de situación”. ¡Como comprenderán, era lo último que quería hacer! Mi situación era mala y mi ánimo peor. Sin embargo, esta persona – que no cejó en su intento de hacerme cambiar de perspectiva y casi me obligó a escucharlo – me fue llevando a entender mi situación bajo otra óptica: sí, ciertamente mi auto estaba deshecho, pero felizmente yo tenía seguro. Sí, estaba herida, pero los huesos sueldan. Sí, yo estaba atrapada entre fierros, pero mi hija, que iba en el asiento del copiloto junto a mí, estaba ilesa.
La actitud y la perspectiva correcta tienen un gran impacto para el éxito en casi cualquier situación o emprendimiento. Cuando logré captar lo que me trataba de hacer ver esta persona, algo cambió en mi radicalmente: pasé de sentirme la víctima de un terrible accidente, a sentirme una persona afortunada. Honestamente, muy afortunada. Mi hija menor ¡está sana y salva! La distinta perspectiva que esta persona me hizo ver no cambió mi situación real para nada, pero sí cambió mi actitud frente a la realidad que estaba viviendo a partir de ese momento. ¡Y fue tan valiosa esa nueva perspectiva! La recuperación fue lenta, larga y dura, pero la nueva perspectiva que me dio ese desconocido me permitió valorar lo verdaderamente importante de toda esa situación: ¡mi hija estaba viva y bien! Y así, todo lo que siguió -11 huesos rotos, muchas operaciones, silla de ruedas unos meses, muletas por mucho tiempo-, se hizo mucho más fácil de tolerar. Es más, muchos me comentaban cómo así sobrellevaba todo ese proceso con tan buena cara, a lo que siempre respondía: mi hija está viva, ¡nada le pasó!
Cambiar la perspectiva, cambiar de actitud. Suena fácil, pero todos sabemos que no lo es. Sin embargo, en situaciones difíciles, la actitud con la que enfrentamos un problema termina definiéndolo. Pero nosotros muchas veces no podemos ver las cosas de una manera diferente y muchas veces la situación misma se encarga de complicar mucho nuestra actitud. Allí es donde el rol de otras personas – jefes, amigos, coaches, la pareja o hijos – dándonos distintas perspectivas a una misma situación se vuelve tan importante, como lo fue para mí. Con tantos años apoyando a miles a recolocarse o a montar sus negocios, soy testigo de cómo la gente labra su suerte profesional a consecuencia de su actitud, su voluntad de dejarse ayudar y su empeño por salir adelante. Y me confirman que la actitud y la perspectiva correcta tienen un gran impacto para el éxito en casi cualquier situación o emprendimiento. Nuestro gran reto personal es poner de nuestra parte para abrir nuestra mente, aceptar otras perspectivas y actuar positivamente sobre ellas.