Extensa entrevista con Andrés Roca Rey, que reaparecerá en Acho: pasado, presente y futuro
SERÁ UN ACONTECIMIENTO DE INTERÉS MUNDIAL
Andrés Roca Rey reaparecerá en Acho
6 de noviembre ● En la primera corrida de feria ● Mano a mano con El Juli y toros españoles ● Lima vivirá el acontecimiento.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
−Hola Andrés. ¿Cómo estás, cómo te sientes? Te escuché decir en una radio española que tenías alguna molestia con la visión.
Hola Pablo. No es que tenga molestias. En las pruebas que me hicieron en Estados Unidos uno de los resultados indicaba que mi visión no estaba al 100%; para alguien que esté normal, según esas pruebas, se requiere un resultado mínimo de 90 y yo estaba en ochenta y pico, aunque en mi vida diaria no lo percibo, me siento normal. Solo noto algo de debilidad en los músculos de los ojos y me han recomendado unos ejercicios para fortalecerlos.
El otro tema es el de la estabilidad, algo que tampoco percibo, pero dicen los médicos que en eso tampoco estoy aún al 100%. Es un poco raro no estar al 100% aunque sin sentir molestias, pero esos son los resultados de las pruebas. Hago mi vida normal, entrenando no muy fuerte, pero queda la duda de si realmente tendré esos problemas que dicen los médicos, aunque yo no los siento ni me doy cuenta.
Sin tener una herida visible o una molestia de la que sea consciente, no poder reanudar mi actividad normal, mi entrenamiento intenso, resulta ser algo duro para mí.
−Pero en este caso, Andrés, será mejor hacerle caso a los médicos porque ellos te habrán explicado todo los problemas que ha surgido allá a partir de investigaciones realizadas sobre jugadores de fútbol americano a los que conmociones cerebrales repetidas y no tratadas adecuadamente dejaron con graves secuelas en poco tiempo. Inclusive hay una película, ‘Concussion’, protagonizada por Will Smith que narra ese proceso hasta que la liga de fútbol americano lo admitió. Es un tema muy relevante entre la opinión pública norteamericana.
Claro, justamente donde estuve, en el hospital de la Universidad de Miami, es donde tratan a los jugadores de fútbol americano, basquetbolistas y boxeadores con problemas de ese tipo. Me han explicado que las dos conmociones cerebrales, tan seguidas, que sufrí deben ser tratadas con mucho cuidado y sin apresuramientos.
Según ellos, el cerebro evoluciona hasta los 25 o 27 años y yo, con 19, aún tengo muchos años por delante en los que debo cuidar mi cerebro. Dicen que si no me cuido y no sigo sus indicaciones, este problema me podría causar consecuencias negativas más adelante.
También me han dicho que por ahora me prohíben torear porque una voltereta, aún sin golpearme la cabeza, podría dejarme inconsciente, simplemente porque mi cabeza se moviese a una velocidad excesiva. Dicen que después de las dos conmociones que he sufrido he quedado propenso a eso y por ese motivo, es necesario que me cuide mientras mi cerebro no retorne a su condición normal.
Es más, Andrés. En la secuencia fotográfica de tu cogida en Palencia y en el vídeo a cámara lenta, se ve que después de las vueltas que te da en el aire el toro, aunque sin llegar a golpearte la cabeza, tú pierdes el conocimiento y caes a la arena ya sin sentido. Luego, allí, el toro te pega dos golpes en la cabeza, te rompe el pómulo y eso debe haber empeorado aun más las cosas. Pero caíste al suelo inconsciente.
Si. Los médicos decían eso, pues estuvimos viendo varias veces el vídeo de la cogida y por eso me explicaron que este tipo de lesiones empiezan rápidamente a generar problemas y si después de esa conmoción uno no se recupera por completo, las probabilidades de que más adelante aparezcan secuelas pueden ir aumentando.
De no lograrse una recuperación completa esos problemas no aparecerían mañana, sino de aquí a unos pocos años y por eso decidimos cortar la temporada y hacerle caso a los médicos que son profesionales con mucha experiencia en este tema. Por eso –y me cuesta− estoy siguiendo sus indicaciones, haciendo las cosas con tranquilidad y con la ilusión de poder reaparecer en Acho el 6 de noviembre, porque ellos creen que para esa fecha ya estaré en perfectas condiciones para poder volver a torear.
−Además, antes de la corrida en Palencia te hicieron una entrevista que hemos reproducido en el Blog Fiesta Brava y allí se te ve distraído y poco concentrado, sin fijar la mirada, sin interesarte mucho las preguntas que te hacían. No sé si porque la entrevista no te interesaba o porque el entrevistador era un poco pesado y poco taurino, o porque estabas un poco nervioso el día de tu reaparición, pero en aquella entrevista no eras el Andrés que todos conocemos. ¿Tú la has visto, notaste algo así?
Antes de hacer el paseíllo los toreros sentimos una mezcla de miedo y responsabilidad y es posible que lo que muestro en esa entrevista sean mis reacciones en esos momentos íntimos que tiene un torero antes de hacer el paseíllo.
Pero también he visto la entrevista y, como tú dices, también me vi un poco raro. En ese momento me sentía muy bien; perfectamente preparado para poder torear, pero es posible que los médicos de Miami me hubieran dicho que no estaba en condiciones.
−¿Antes de reaparecer en Lima te van a hacer pruebas nuevamente para confirmar que ya estás listo para volver a torear?
Si. Iré a Miami a fines de octubre para que me hagan nuevas pruebas. Espero que en ese momento me confirmen que ya estoy al 100%. Pero me han dicho que a partir del 15 de octubre ya puedo irme poniendo delante de algunas vacas y que hacia fines de octubre ya podría ir toreando algunos machos.
Como estos médicos tratan a deportistas, no sólo se preocupan de su tratamiento médico sino también del entrenamiento progresivo para poder recuperar su nivel competitivo.
Les he explicado con mucho detalle en qué consiste la preparación y el entrenamiento para un torero y ellos han pronosticado que haciendo lo que te acabo de decir, podría estar en condiciones de reaparecer a partir del 1 de noviembre.
− Entonces, a partir del 15 será con vacas y para tu cumpleaños, el 21 de octubre ya estarás toreando algún toro a puerta cerrada.
Mira, me acabas de dar una buena idea para celebrar mis veinte años (risas).
−Ha sido una pena que hayas perdido tantas corridas del tramo final de la temporada española, en la que tan bien te estaba yendo y que en el mes de octubre vayas a perder varias corridas en México, pero sin duda lo más importante es tu salud y que puedas regresar a los ruedos en condiciones óptimas.
Si. La verdad, es una pena no haber podido estar en todas las plazas en las que me esperaban y en ciertas corridas que eran muy importantes. Las dos de Bilbao, la del sábado pasado en Sevilla, las de Zaragoza. Una lástima haber perdido esas corridas que me hacían mucha ilusión y que eran el cierre de una temporada que podría decir que fue triunfal y que ha sido muy bonita para mí, en la que he podido dar pasos y obtener logros que yo quería para este año.
Me quedo con la pena de no haberla podido rematar como yo hubiera querido, pero al mismo tiempo esto me ayuda a madurar como persona y como torero para comprender que aún en momentos triunfales, un toro te puede coger y te puede quitar de esto temporalmente o incluso te puede quitar de la profesión y –no queriendo dramatizar, pero es verdad− hasta quitar la vida. Es algo que te hace reflexionar y madurar como persona.
También me hace sentir la natural envidia de ver que no pudiendo torear, tus compañeros si lo están haciendo y están triunfando en las corridas que tú tenías, mientras que tú no puedes estar ni corriendo, ni entrenando físicamente con fuerza, sino sólo lentamente y con poco esfuerzo, toreando de salón.
Con esa madurez, que uno va obteniendo a través de estos sinsabores, se piensa mucho, para poder estar con una actitud renovada el día que puedas volver a hacer el paseíllo. Con el riesgo de que pudiera volver a pasar algo similar, pero con la decisión de dar todo de mí para llegar a ser quien quiero ser.
−Un torero, evidentemente, siempre está sujeto a mucho riesgo. El problema sería que esto te hiciera pensar mucho ante la cara del toro y que con ello perdieras sitio. Pero sabiendo el tipo de torero que eres, no creo que eso te vaya a suceder.
Si. Desde aquel día en Palencia no me he vuelto a poner delante. No te digo ya de una vaca o de un novillo, sino de un toro. Espero volver a torear y que esto no me haya quitado el sitio. Pero cuando te hablaba de cómo me han hecho pensar estos percances, no me refería al miedo, ni a pensar demasiado en las cogidas cuando esté en la cara del toro. Me refería a que no pudiendo torear, me estoy perdiendo las cosas bonitas que suceden en el toreo y que me estarían sucediendo a mí si yo estuviera en esas corridas en las que no he podido actuar.
−Pues habrá que tener paciencia. Pero cambiando de tema, hablemos ahora de tu fama. Te has vuelto famoso, no sólo entre los aficionados taurinos, sino con el público en general. Me imagino que allá donde vas te piden autógrafos, te quieren conocer, te quieren dar homenajes como el del sábado en los gallos, en Pachacamac. ¿Cómo te ha afectado esa pérdida de privacidad, que al mismo tiempo es bonita porque representa un reconocimiento a tus méritos?
Bueno, no soy tan famoso (risas), pero es bonito que te reconozcan, que los aficionados taurinos o que gente que no lo es tanto, te pase la voz, te pregunte por tu temporada, por cómo va la recuperación, por cómo me siento.
Es agradable saber que personas que no conoces se preocupen por ti y en esos momentos, cuando percibo eso, me mejora el ánimo y me siento bien. Me hace sentir que el mundo del toro tiene vigencia y que uno está presente en el pensamiento de tantas personas y la verdad, es que es algo muy bonito y me ayuda en mi recuperación.
−Entonces ¿cómo sigue tu vida diaria, te entrenas toreando de salón por la mañana y por la tarde, pero pausadamente y sin exigirte demasiado?
Como te dije, los médicos me han preparado un plan de recuperación apuntando a estar listo para torear el 1 de noviembre, aunque la reaparición sea el domingo 6. Me han dado un tratamiento y un plan de ejercicios para mejorar lo que te expliqué, lo de la estabilidad y el fortalecimiento de los músculos del ojo para mejorar mi visión.
Torear de salón, caminar mucho, todo lo que quiera, aunque evitando correr en las dos primeras semanas, para la tercera semana empezar a trotar suavemente, evitando con eso que mi cuerpo rebote; también me han recomendado bicicleta estática y spinning. La idea es que la actividad física no empiece de golpe, sino poco a poco, para que conforme vaya mejorando, mi cuerpo vaya pidiéndome más actividad física. Eso me lo recomendaron hace dos semanas, o sea que esta semana empezaré a trotar lentamente, porque ya sólo me quedan seis semanas para la reaparición en Acho.
−Tu reaparición en Acho será un acontecimiento mundial y los limeños tendremos el privilegio de poderlo ver en vivo y en directo. Todo el mundo estará atento a tu actuación aquel día, mano a mano con el Juli y con toros españoles de Garcigrande, su ganadería preferida.
Ojalá. Además de todo eso, para mí será muy importante esa corrida de la reaparición, por ser eso, mi reaparición, y porque mi actuación en Acho el año pasado fue muy especial (Andrés ganó el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros, en mano a mano con Enrique Ponce), que gracias a Dios salió tan bien, fue una motivación especial y muy importante para mí a lo largo de toda esta temporada. Siento que gracias a esa motivación, me fue muy bien en España este año y por eso quisiera devolverle a la afición peruana ese apoyo que me dio aquella tarde, poniendo todo de mi parte para que disfruten con mi toreo el 6 de noviembre.
PROFUNDAMENTE PERUANO
−Conforme se acerque el 6 de noviembre, todo el mundo en Lima estará hablando del acontecimiento y la plaza contará esa tarde con mucho público, quizá esté completamente llena y se producirá esa magia colectiva, como ocurrió en Chota cuando toreaste allí en junio de este año; llegó gente a Chota desde todo el Perú y todo el público estaba expectante, sin quererse perder detalle de todo lo que hacías.
Pero viene al caso la comparación con Chota, porque aparte de Acho, las ferias en plazas importantes del Perú, como Chota y Cutervo, entre otras en la sierra, se superponen con tramos de tu temporada española en las que, en el futuro, tendrás muchas corridas contratadas.
Además, tus expectativas irán aumentando, merecidas y acordes con los logros profesionales que vayas obteniendo, y es posible que no puedan ser cubiertas en esas plazas y todo ello te impida venir al Perú a torear en plazas, que indudablemente reclamarán poder ver a su torero.
¿Qué tienes pensado al respecto para que aparte de Lima, otras ciudades del interior del Perú también puedan disfrutar con tu toreo?
Hay algo que tengo muy claro. Creo que mi tierra es mi tierra y me siento profundamente peruano. No sé cómo expresarlo con mayor claridad, pero es así. Aquí he crecido como persona y como torero. Me hace muchísima ilusión poder torear todos los años en varias plazas peruanas. Mientras estoy en España, soy consciente de la importancia que tiene la tauromaquia para tantas ciudades y departamentos del Perú.
En junio de este año fue muy bonito interrumpir por unos días mi temporada española y poder venir a torear a Cajamarca, a Chota. Cuando regresé a España me sentía muy bien; estaba satisfecho con lo que había hecho; era algo difícil de explicar; era una satisfacción íntima por lo que había hecho.
Me encanta darme cuenta y ser consciente de que aun estando lejos de tu país, hay gente en el Perú pendiente de lo que haces, preocupada de que te vaya bien y que también quiere verte torear, allí en su ciudad. Lo volveré a hacer, regresaré a torear en las provincias del Perú todos los años que pueda.
−Será, Andrés, el gran impulso que necesita la tauromaquia en el Perú.
Hasta la voltereta en Málaga estabas toreando muy seguido porque el público te reclamaba. Casi un día detrás del otro. Pero es muy importante para un torero disfrutar lo que hace y a veces, ese ritmo tan intenso podría restarle placer al torero.
¿En algún momento te sentiste agobiado con tantas corridas seguidas o realmente ibas disfrutando cada tarde?
La verdad es que he tenido la suerte de poder disfrutar cada tarde, aunque en el toreo eso de “disfrutar” es relativo, porque se pasa miedo en cada corrida y hay que esforzarse constantemente.
Pero me refiero a que me he sentido torero en todas las plazas y he estado muy satisfecho al haber toreado tantas tardes. Disfrutando desde que uno se viste de torero, con la ilusión de poder torear nuevamente y soñando lo que se puede hacer ese día.
Luego sale el toro y tratas de hacer el máximo esfuerzo posible y si el toro sale bueno, disfrutarlo al máximo.
Pero lo que más satisfecho me deja y lo que más orgullo me da es que me he sentido torero todas las tardes y que he puesto todo de mi parte, en cada plaza, para poder triunfar y dejar satisfecho al público. Algunas veces habré estado bien y otras menos bien, pero siempre he dado lo mejor de mí.
−¡Qué bien, Andrés! Porque hay muchos toreros que no soportan esa presión y que se vienen abajo sin poder encarar temporadas exigentes y largas. Esa es una muestra más de la enorme afición que tienes, que es un elemento fundamental para poder ser una figura.
Ahora que no estás con esa presión de la temporada y que te queda más tiempo libre ¿cómo es tu día a día en Sevilla?
Me levanto temprano por la mañana, entreno toreando de salón y como me queda tanto tiempo libre, lo que hago es pensar y pensar. Pienso en cómo será mi reaparición, en lo que haré cuando vuelva a torear.
A veces enciendo la televisión, pero muchas veces ni me fijo en lo que estoy viendo y sigo pensando en lo que hay que pensar cuando estás en esta profesión, en el mundo del toro y en ser torero. Piensas en lo que te dije hace un momento, en las corridas que te has perdido, en las que te estás perdiendo y en cómo te gustaría dar lo que no has dado en aquellas perdidas, para brindárselo al público en las corridas que tienes por delante, cuando ya pueda torear.
La verdad, es que siento que voy tomando fuerza y que mentalmente me voy preparando para mi reaparición y para las corridas que pueda torear tras mi reaparición.
−Cierto. Haces bien. Lo mejor no es pensar en el pasado y en lo perdido, sino mirar al futuro con ilusión y esperanza, para poder retomar la carrera tan exitosa y brillante que estabas desarrollando. Para eso, para sentirse bien y optimista, se necesita estar en un buen ambiente. Estando en España, estarás extrañando a tus amigos de Lima, a la gente de tu edad. ¿Has hecho amigos de tu edad por allá?
Son pocos los amigos de mi edad. Los que conozco, más que amigos, son aquellos a los que veía en la escuela taurina de Camas, en Sevilla, con los que entrenaba hace tres años. Y sí, he hecho nuevos amigos, pero pocos son de mi edad. En general son mayores que yo, pero creo que eso es normal entre los toreros, que tenemos como amigos a gente que nos guía y nos lleva adelante en nuestra carrera.
−¿Y sigues viviendo en la casa de los Quinta en Sevilla (una familia de picadores)? ¿No quieres todavía irte a vivir solo?
Si. Sigo viviendo allí. Vivo en la casa de María Jesús Quinta. Desde que llegué me trataron muy bien, como si fuera un hijo más. Me siento en casa y es mi segunda familia; mi familia española. Me daría pena dejar de vivir ahí. El apoyo y el cariño de una familia es importante en una profesión tan dura como la del toreo.
−¿Y enamorada, ya o todavía?
¿Enamorada? No. Me costaría el doble y me divertiría la mitad (risas).
−Se te ve con buen ánimo, torero. No hay que martirizarse con lo que no se ha toreado y, más bien, hay que mirar para adelante. Y esperar ese ansiado 6 de noviembre en Acho.
Así es. Ojalá haya suerte. La verdad es que me dio una enorme alegría que los médicos me dijeran que podía reaparecer en Acho.
Ese día estaré al 100%. Tengo mucha ilusión que de una vez llegue el 6 de noviembre. Pero quiero disfrutar de mi recuperación, porque en la vida hay que disfrutar también del paisaje antes de llegar al destino final.
−El objetivo de la vida de cada quien es ser feliz. A ti te hace feliz torear. Que seas feliz.
Gracias, Un saludo para la afición peruana. Espero poder dejarlos satisfechos el 6 de noviembre y que esa sea una corrida que quede en el recuerdo.