Sevilla, ayer: Corrida con detalles, pero sin un gran triunfo (con videos)
Andrés Roca Rey ayer en Sevilla
Muy esperado festejo ● El del Domingo de Resurrección en Sevilla ● Sin poder cortarse orejas ● Ante Morante y Manzanares.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Hubo detalles notables en la tan esperada corrida de ayer en Sevilla, pero no se produjo el triunfo grande que todos querían ver y que los peruanos ansiábamos que fuese para Andrés Roca Rey. A los toros de Núñez del Cuvillo les sobró kilos y les faltó raza. Aunque a dos de ellos se les pudo cortar un trofeo, la corrida del Domingo de Resurrección, evento social y taurino que abre la temporada en la Maestranza, no fue lo que la enorme expectación que este festejo despierta había hecho soñar a los aficionados.
Pero nadie soñó con esta corrida más que los peruanos. Lograr que a un diestro se le anuncie en semejante corrida no es cosa fácil ni sencilla. Morante de la Puebla, el más valiente de los artistas y el más artista de los valientes, que reemplaza a Curro Romero en el corazón de los sevillanos y Manzanares, ídolo en la Maestranza, eran la elección lógica en el cartel. Lo inesperado fue que se incluyese a un peruano de escasos 20 años, que solo lleva un año y medio como matador de toros. La oportunidad era enorme; por eso duele más que no haya resultado como se anhelaba.
LOS TOROS
Los de Núñez del Cuvillo tienen una conformación y un esqueleto que no puede albergar más de 500 kilos. Pero ayer el más ligero pesaba 540 y el más pesado, el primero de Andrés, 585 kilos; su segundo, 560; una barbaridad. El exceso de peso se notó en su juego. Todos fueron astifinos y serios de pitones.
Añádasele que todos tuvieron raza muy justita, lo que aunado al exceso de peso, hizo que se movieran poco y que sus embestidas se agotasen pronto.
ANDRÉS
Al primero de Manzanares le hizo un quite por chicuelinas, con las manos altas; este respondió con tres lances por Chicuelo, de mano muy baja, y borró de un plumazo lo hecho por Andrés. Fue una muestra de lo riesgoso que es para Roca Rey anunciarse ante una afición exigente y que se fija tanto en el arte, con dos diestros cuya expresión estética es tan apreciada por los sevillanos, que los idolatra.
A su primer toro, Morante le hizo un quite por delantales y remató con una media primorosa, aclamadísima. La réplica de Andrés por ajustadas saltilleras y arriesgadas gaoneras, no entusiasmaron tanto como aquella media del sevillano.
Lo de Andrés es arrasar con su valor y exposición; es lo que lo ha llevado adonde está. Pero sus dos toros no tenían raza; no podían embestir galopando, ni transmitiendo emoción, permitiéndole el tipo de toreo con el que él enfervoriza al público. Su primero hubiera permitido, al comienzo de la faena, algo de toreo exquisito, muy lento, templado y relajado, pero no fue eso lo que pretendió hacer Andrés, que empezó el trasteo con un cambiado por la espalda. Su estocada a ese toro fue soberbia y se le ovacionó.
El sexto tuvo peligro sordo −por lo incierto que era−, aquel que el público no llega a apreciar. Estuvo muy valiente y decidido con él, pero poco se le podía hacer, pues se el astado se apagó rápidamente. Le agradecieron con amables palmas su voluntad.
MORANTE
El primero metió bien la cara en el capote y luego hizo cosas extrañas en el caballo y en banderillas, por lo que el sevillano se desconfió. Pero el toro metía la cara con clase y son en la muleta e iba de largo. Cuando el diestro se percató, la faena estaba ya en el ocaso y solo pudo dejar algunos pocos muletazos artísticos.
El cuarto desarrolló algunas buenas embestidas en la muleta de Morante, Morante, que cuajó un par de series brillantes, lo que enardeció al público, pero perdió la oreja al matarlo muy mal.
MANZANARES
Su primero no podía con su alma en la muleta, pero el quinto –el de aspecto más juvenil de la corrida− tuvo estimables embestidas. Al comenzar la faena, Manzanares abusó del pico, pero luego fue centrándose y logró magníficas series por ambos lados, llevando muy templado y toreado al astado. Mató mal y perdió la oreja.
RESUMEN EN VIDEO
Sevilla, 16 de abril de 2017, Domingo de Resurrección
Toros de Núñez del Cuvillo.
Morante de la Puebla (de azul y plata): silencio tras aviso y ovación.
José María Manzanares (de morado y oro): silencio y ovación tras aviso.
Andrés Roca Rey (de obispo y oro): ovación y palmas.
FAENA DE ANDRÉS ROCA REY AL TERCER TORO DE LA TARDE
https://youtu.be/JeO7F4eJr08