Divinity: Original Sin
Para los fanáticos de juegos como Baldur’s Gate o Icewind Dale, llega Divinity: Original Sin, un juego inspirado en los clásicos juegos de rol para PC de finales de los noventa.
Desde hace una semana estoy jugando Divinity: Original Sin, un juego de rol para PC y Mac que fue financiado a través de Kickstarter y que llama la atención por ser un heredero de los clásicos juegos de Bioware para PC, como Baldur’s Gate y Icewind Dale.
Desde la salida de Icewind Dale 2, han aparecido varios juegos que han tratado de emular lo que las sagas originales lograron, pero ninguno tuvo éxito en ese sentido. Juegos como Neverwinter Nights o incluso Dragon Age, trataron de añadir nuevos elementos pero fallaron en mantener la esencia original del género. Divinity: Original Sin logra dar en el blanco, manteniendo una historia compleja en la que los personajes pueden ir evolucionando, un sistema de combate táctico y un mundo lleno de misiones secundarias por descubrir.
Divinity: Original Sin no es un juego fácil de dominar. Si bien existe un tutorial al inicio del juego, tomará algunas horas entender cómo funciona cada elemento dentro del juego, como la forma de combinar elementos a la hora de ejecutar nuestras habilidades. Sin embargo, ese descubrimiento, al igual como sucede en juegos como Dark Souls, puede ser atractivo para los jugadores.
En términos visuales, el juego es muy llamativo, con animaciones y efectos para diversas situaciones, pero el gran acierto de Divinity: Original Sin es el sistema de combate. Es necesario dominar cada habilidad de nuestros personajes y al mismo tiempo, estar atentos al escenario, ya que en la mayoría de oportunidades, podremos utilizar lo que está a nuestro alrededor para hacer más fácil la pelea.
La historia es similar a la de otros juegos del género: debemos encargarnos de evitar que algo terrible le suceda al mundo. Sin embargo, los personajes que encontraremos durante el juego resultan bastante creíbles y hasta entrañables. Hay que tener en cuenta que la saga Divinity existe desde hace varios años pero esta entrega se aleja del aspecto visual de las anteriores entregas, para convertirse en un juego de rol con vista isométrica, manteniendo a los personajes y escenarios en 3D.
Recordé mucho los títulos de rol de antaño mientras jugaba Divinity: Original Sin. Me atrevería a decir que es una compra obligada para aquellos que disfrutaron esos títulos y que es uno de los mejores juegos de rol que he probado en varios meses. Como dato extra, puede jugarse de manera cooperativa con un amigo. Si desean comprarlo, pueden hacerlo a través de Steam o en la página oficial del juego.