Reseña de Oxido - Oxido I - Independiente - 2018 y próximo show de presentación
El sábado Headbangers fue invitado a presenciar un evento histórico en la escena metal de nuestro país. Estuvimos en un ensayo de los primigenios Oxido, Javier Mosquera (guitarra), Fernando de la Flor (voz), Germán Vegas (batería) y Orlando “Rula” del Carpio (bajo, miembro desde hace un tiempo). Eso de por sí ya es un privilegio para alguien, que por temas cronológicos, no alcanzó a ver a la banda en su época, aunque sí los diversos relatos que repiten como una épica. Pregunté a Javier por las novedades sobre el disco en el que llevan ya unos años trabajando y me dijo “ya está”. Ah, ya lo terminaron de grabar- dije. No, ya está el disco acá, el cd. Mi sorpresa fue máxima. Minutos después el productor, Giovani Hoyos-Corrales, puso en mis manos el trabajo, la portada que ven en el comienzo de la entrada, perfecta imagen para esta música que juega tanto con la idea de la descomposición del sonido. No miento al decir que estuve minutos mirando como zombi el disco apenas dando crédito a lo que veía. Tenía un disco de Oxido en mis manos. Se lo dije a Javier, -No puedo creerlo, tengo un disco de Oxido en mis manos-. Yo tampoco – me contestó.
El ensayo presentó los temas del disco en orden mientras me contaban anécdotas de la historia de la banda. Germán Vegas era el más expresivo –al principio tocábamos con bandas de todo tipo, eran todos los que estaban en activo entonces. El pop de Somos Fuga, Pax, Headwork, Frágil, alguna banda medio jazz, bandas de covers, etc. no había todavía una escena metal formada ni nada parecido- finaliza. Comienza la ejecución, atrona en vivo El ángel de la muerte. Increíble. Sigue Siempre hay sangre en las cadenas, Óxido. Al terminar la interpretación de la más compleja El Sol, me sigue comentando Germán, este fue el tema “Yoko Ono” de Oxido porque es el que nos separa. En ese entonces no todos los integrantes estaban de acuerdo con esa orientación un tanto progresiva, luminosa dentro del tono más sombrío de los primeros temas. A propósito pregunté si Jorge Cortez, miembro fundador de la banda, había participado. Sí, cuatro temas de los 8 cuentan con su participación- confirma Javier. Hice silencio y me limité a disfrutar de la ejecución, por un rato.
Pero esto es una reseña sobre un disco. Vayamos al trabajo. Más allá del valor cultural e histórico que puede tener, el mérito musical no es menor. Son 8 temas de excelente hard rock oscuro con profundas huellas de lo que sería el metal posteriormente. Una mixtura de Black Sabbath, Deep Purple, Iron Maiden y rock progresivo tocado desde una vena muy original.
El conjunto guarda coherencia sonora. Hay una personalidad definida, sin embargo la variedad en los temas es bastante clara. Las sonoridades más antiguas: Óxido, Siempre hay sangre en las cadenas, El ángel de la muerte y Jinete del tiempo suenan más pesadas y sombrías; Sacrificio en el Templo, el Sol y Atila suenan más variadas.
La base rítmica es contundente, categórica, sin mucha floritura, va al grano casi siempre. El bajo forja un importante apoyo, contribuye a la sonoridad pesada pues solo hay una guitarra. Javier es el que escapa en los riffs, introduciendo ese matiz de armónicos, esos solos deslumbrantes, que brillan en medio de la atmósfera pesada del trabajo que permite clasificar el disco dentro del heavy metal. Hasta ahí tenemos una banda de calidad. Es la voz de Fernando de la Flor la que mediante un contrapunto sobresaliente crea una personalidad distintiva a Oxido. Mi amigo el investigador Elvis Mejía, presente esa tarde, dice que podría ser un cantante punk. Quizás, de hecho es un cantante sui generis de potente voz, con matices interesantes, ni virtuoso ni lírico, pero tampoco visceral o bluesero. Muy difícil de clasificar, pero finalmente, sobresaliente.
En cuanto a la producción, esta resulta muy acertada. Javier Mosquera me indica que no han querido grabar con equipos top que no conozcan (obvio, no los habrían aprovechado bien) sino con un equipo de nivel medio que sí dominen. La elección acertada. La producción potencia el sonido de la banda y hace justicia a tan grandes temas. El granulado de la guitarra es el ideal, el bajo se aprecia, la voz acompaña, no tapa ni encubre. Brilla en los momentos necesarios. No cansa al oyente.
La grabación se realizó en el Estudio El Arca, entre el verano del 2012 y el invierno del 2013 y fue masterizado en los BDLabs, Burlington Massachussets, USA, por Giovani Hoyos-Corrales.
La presentación de este trabajo notable por tantos motivos será el día 30 de junio en el local del Calabozo, (Amurpol) centro de tantas presentaciones de doom y rock pesado en esta ciudad. Al lado de Pax, Reino Ermitaño, Espíritu de Hierro y algunas bandas más, no demasiadas, aún no está definido el precio (20-25 soles), pero sí es seguro que con la entrada vendrá de regalo el disco. Pues ellos lo conciben como un tributo a la banda pero también como un obsequio a los fans luego de tantos años sin una grabación apropiada. Así que si desean el disco, tendrán que ir al show. Más información en breve.