La hazaña de Kurt Carlsen: el capitán que no dejó su barco
El transporte estadounidense ‘Flying Enterprise’, de 6.711 toneladas, con cuarenta tripulantes y diez pasajeros, empezó a hacer agua el 28 de diciembre de 1951. Fue en el Atlántico, al sudoeste de Irlanda, debido a furibundos vientos huracanados. En una impresionante operación de salvamiento tres buques rescataron a las víctimas. Sin embargo, pese a las condiciones adversas, el capitán danés Kurt Carlsen se negó a abandonar su nave. Sus códigos fueron más fuertes que el temor a la muerte.
El mercante ‘Flying Enterprise’ en plena zozobra
Kurt Carlsen pidió que el buque fuera remolcado a un lugar seguro. En tanto eso sucediera él seguiría al mando. El 31 de diciembre de 1951 el viejo lobo de mar no estaría en casa con la familia para recibir el año nuevo. Las vísperas las pasó en la cabina de radio.
Las encrespadas olas del Atlántico continuaban golpeando la embarcación. Mientras el gigantesco remolcador ‘Turmoil’ empezaba su travesía hacia el ‘Flying Enterprise’, el mundo ponía la vista en la heroica actitud de Carlsen.
En el medio el rescatista Kenneth Dancy y a la derecha el capitán Kurt Carlsen
Cuando el ‘Turmoil’ llegó a la altura del barco mercante, el 4 de enero de 1952, los rescatistas intentaron pasarle una serie de cabos de remolque, la única alternativa para arrastrarlo. Para ayudar a Carlsen el piloto de salvamento, Kenneth Dancy, saltó al barco que estaba por hundirse.
Entre ambos -el 5 de enero- dejaron todo listo para el arrastre. El ‘Turmoil’ empezó a remolcarlos. Parecía que todo tendría un final feliz, sin embargo el 9 de enero las sogas se rompieron y el barco empezó a inclinarse aún más. Carlsen intentó volver a enganchar la nave, pero las olas estaban a punto de matarlo.
El mercante amenazó con voltearse y la situación era irreversible. Desde el ‘Turmoil’ se le rogaba a Carlsen que se lanzara al mar. La lucha había sido firme hasta el final, así que el nieto de vikingos dio la orden de abandonar el buque. Primero Dancy y luego él cayeron a las aguas gélidas del Atlántico. Los dos fueron rescatados.
Luego de 14 días de zozobra, el 10 de enero de 1952, el transporte estadounidense se hundía en medio del ulular de las sirenas de los barcos de rescate.
Recibimiento del capitán Kurt Carlsen en Broadway, Estados Unidos
Carlsen se comunicó con sus padres a través de la radio del ´Turmoil’: “Queridos padre y madre, es vuestro hijo desde el ´Turmoil´. Todo está bien”, dijo. Y pasó a la historia.
(Miguel García Medina)